Portadas de fincas

Cuando se piensa en las construcciones con las que debe contar una finca, con seguridad llegan primero a la mente la casa principal, la piscina, el jacuzzi, el kiosko, las canchas deportivas, los corrales. En fin, elementos que son sin duda importantes, pero, no menos importante es la portada de la finca.

La carta de presentación de una finca es su portada. Es como la carátula de un buen disco, la noticia con la que abre un diario o el cartel promocional de una película. Es lo primero que se ve. La primera impresión. Denota además el buen gusto de sus propietarios y la grandeza de su interior. Por algo se dice que todo entra por los ojos.

A la orilla del camino siempre está la portada de la finca. Protegiendo a sus habitantes, demostrando presencia a locales y foráneos. Se constituye la portada en un importante punto de referencia. ¿Quién no ha escuchado la expresión de «la finca de la portada bonita», cuando se hace mención de una de las características de una finca?

Es por esta razón que la portada debe ser coherente con las construcciones de la finca. Debe cuando menos conservar la misma tipología arquitectónica de la casa principal. Más allá del nombre de la finca, le cabe incluso un toque de distinción característico de sus propietarios. Un distintivo. Un símbolo.

La portada es además el primer gancho cuando se decide vender una finca. Porque para ser honestos, cuando uno visita una finca, bien sea para comprarla o para alquilarla, la portada le avisa a uno qué se va a encontrar en su interior y en qué grado de conservación y buen mantenimiento la tienen sus propietarios. Es indiscutible que una portada en buenas condiciones llama la atención a potenciales compradores.

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