¿Qué es sostenibilidad?
En medios de comunicación, reuniones gremiales y aulas académicas existe una palabra que se ha vuelto el pan de cada día: sostenibilidad. Muchos la utilizan indiscriminadamente, de igual forma como años atrás abusaban en el uso de términos como producción verde, ecológico o amigable con el medio ambiente. Es frecuente ver como los diferentes gremios productivos sostienen que propenden por el desarrollo sostenible; es muy fácil decirlo, pero para alcanzarlo es preciso lograr una interacción estratégica entre instituciones, gremios productivos y ecosistemas naturales. Y no sólo eso, hay que medir la sostenibilidad. En síntesis, es una tarea de diferentes sectores de la sociedad.
La sostenibilidad es el mantenimiento de recursos y servicios ecosistémicos a futuro, es una propiedad tanto de ecosistemas como de la sociedad. El uso sostenible está incluido dentro de los principios ecológicos de la conservación, en este sentido la posibilidad de aprovechar un recurso, debe estar condicionada a mantener, mejorar o garantizar su permanencia a través del tiempo; de igual forma, bajo un criterio de sostenibilidad, deben ser conservadas la estructura biótica, la variabilidad genética y las interacciones ecológicas asociadas a cualquier recurso producto del aprovechamiento. Bajo este contexto, y según los principios y directrices de Addis Abeba para la utilización sostenible de la biodiversidad, el uso sostenible se constituye en un mecanismo importante para promover su conservación, gracias a la generación de incentivos para la conservación y la restauración de productos y de beneficios sociales, culturales y económicos.
Es frecuente que explotaciones agropecuarias tradicionales o sistemas productivos extractivos (por ejemplo, minería), sean insostenibles por causa de políticas públicas, modelos productivos y exigencias del mercado. Adicional a esto, saliéndose un poco del espectro estrictamente ambiental y despojándose de posiciones puristas, la sostenibilidad se debe también interpretar en términos económicos y sociales. Lo anterior obedece a que, por ejemplo, para plantear alternativas de producción para la población no basta diseñar sistemas productivos sostenibles en términos ambientales si sus resultados en materia económica y social son bastante deficientes. No se trata entonces de promover simplemente la conservación de los recursos naturales si no existen beneficios que impacten favorablemente a una comunidad humana, en términos económicos y sociales, y que estos beneficios sean constantes en una escala temporal. Claro, es preciso analizar también la otra cara de la moneda, un sistema productivo que genere riqueza y empleo legal y bien remunerado, pero que produce una degradación del ecosistema como consecuencia del uso indiscriminado de recursos naturales no es un sistema productivo sostenible y no es deseable replicar su modelo en las sociedades modernas. Ese es precisamente uno de los retos que tienen los formuladores de modelos productivos sostenibles, los ambientalistas, los productores y los consumidores en general, lograr buenos resultados en los tres aspectos antes señalados. Ese es el debate entre desarrollo y conservación.
Si bien no existen sistemas de producción perfectos, si se puede lograr un equilibrio o una aproximación a lo que se persigue desde ámbitos meramente teóricos. Surgen entonces preguntas como ¿qué tanto impacto es tolerable?, ¿cuánta biodiversidad puede perderse antes de pérdidas inaceptables?, ¿qué tipos de ecosistemas queremos?, ¿cómo compensar los impactos ambientales negativos? Ante estos interrogantes se han diseñado indicadores que proveen información clave en diferente tipo de sistemas, bien sea ambientales, sociales o económicos; van más allá de constituirse en simple información ya que muestran tendencias o relaciones causa efecto. Por ejemplo, en Colombia el sistema de indicadores viene siendo implementado dentro del proceso de desarrollo de la Política Nacional de Biodiversidad, que permiten determinar tendencias de la biodiversidad. Adicionalmente, su implementación en diferentes sistemas de producción animal ha permitido evaluar dinámicas y tendencias, a la vez que detecta atributos de los mismos, dependiendo del alcance y del objetivo mismo del estudio.
Fuente: Nahed-Toral, J., Garcia-Barrios, L., Mena, Y. and Castel, J. 2006. Use of indicators to evaluate sustainability of animal production systems. Options Mediterraneennes, Serie A, No.70: 205-211.
Ortíz, N., Betancourth, J.C., Bernal, N. y López, M. 2004. Sistema de indicadores de seguimiento de la Política de Biodiversidad en Colombia: aspectos conceptuales y metodológicos. Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt. Serie: Indicadores de Seguimiento y Evaluación de la Política de Biodiversidad. 57p.
Rico Hernández, G. 2009. Propuesta de un sistema de criterios e indicadores de sostenibilidad a la zoocría de especies de fauna silvestre en Colombia. Contrato No. 09-09-020-0235PS. Instituto de Investigación de Recursos Biológicos “Alexander von Humboldt”. Bogotá, D.C., Colombia.
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