Guadua
La guadua (Guadua angustifolia) es un bambú leñoso perteneciente a la Familia Poacecae, a la sub-familia Bambusoideae y a la tribu Bambuseae. Reúne dos variedades: G. angustifolia var. bicolor y G. angustifolia var. nigra, y varias formas: “cebolla”, “macana”, “castilla”. En 1820, el botánico Kunth, constituye este género utilizando el vocablo “guadua” con el que los indígenas de Colombia y Ecuador se referían a este bambú. Este género, que reúne aproximadamente 30 especies, se puede distinguir de los demás participantes por los tallos robustos y espinosos, por las bandas de pelos blancos en la región del nudo y por las hojas caulinares en forma triangular.
La guadua, es una hierba o pasto gigante, es un bambú leñoso que pertenece a la familia de las gramíneas de la cual existen en el mundo cerca de 1.000 especies, 500 de ellas en América. De éstas aproximadamente 20 conforman las especies prioritarias de bambú y dentro de ellas Colombia tiene una que posee las mejores propiedades fisico-mecánicas del mundo y extraordinaria durabilidad: la Guadua angustifolia, sobresale dentro del género no solo por sus propiedades físico – mecánicas sino por el tamaño de sus culmos que alcanzan hasta 30 metros de altura y 25 centímetros de diámetro. Ha sido seleccionada como una de las veinte especies de bambúes mejores del mundo ya que su capacidad para absorber energía y admitir una mayor flexión, la convierten en un material ideal para construcciones sismorresistentes.
La guadua se desarrolla muy bien entre los 0 y 1.600 metros, pero también crece en buenas condiciones hasta los 1.800 m, por encima de esta altura hasta los 2.000 m, los rendimientos son más bajos. En Colombia la guadua se encuentra distribuida a lo largo de la Cordillera Central y la zona céntrica del país en los departamentos de Antioquia, Cauca, Caldas, Cundinamarca, Huila, Quindío, Risaralda, Tolima y Valle del Cauca. Según algunos estudios se calcula que existen entre 50.000 y 60.000 ha de guadua de las cuales el 95% son guaduales naturales y el 5% cultivados; sólo son aprovechadas el 40% del total, es decir, aproximadamente 24.000 ha. Para los otros departamentos la información es fragmentada aunque según algunas estimaciones en Antioquia, Huila, Putumayo, Caquetá, Cundinamarca, Cauca y Nariño se cuenta con importantes cubiertas boscosas de guadua, las cuales no disponen de registros de información. En el caso de Cundinamarca, se señala la presencia de 1.965 ha y en el Huila, se estima un área actual de 3.500 ha. La guadua se encuentra distribuida en bosque muy húmedo subtropical, bosque húmedo subtropical, bosque seco tropical y bosque muy húmedo montano bajo. Existe tanto en la región tropical como en la subtropical, pero se encuentra en mayores áreas en los bosques húmedos y muy húmedos concentrándose en las laderas de montaña y en las riveras de los ríos.
La guadua es endémica de América y se considera como nativo de Colombia, Venezuela y Ecuador. También ha sido introducida a México y varios países centroamericanos, Isla del Caribe, Hawai y Asia. Se ha reportado su espontánea aparición de la especie en Venezuela, Brasil, Paraguay y Argentina. Incluso se ha mencionado su existencia de informes que datan del siglo XVI en los cuales consta que en aquella época había grandes guaduales entre Panamá y Guayaquil, siendo de mayor extensión y densidad los del Valle del Cauca.
La guadua tiene un óptimo de temperaturas entre los 20 y los 26 grados centígrados. Requiere precipitaciones entre los 1.300 y 4.000 mm, con buena distribución a lo largo de todos los meses del año y humedad relativa del 80%. La luminosidad para un excelente desarrollo de la guadua debe estar comprendida entre 1.800 y 2.000 horas/luz/año, aproximadamente de 5 a 6 horas/luz/día. La guadua es una espermatofita típica, como es el caso de una guadua obtenida a través de semilla sexual, está constituida por dos partes: una subterránea, el sistema radical y otra aérea que consiste en tallo y hojas. En una semilla de una planta de guadua, existe una plántula rudimentaria llamada embrión, con un solo cotiledón, envuelto en una sustancia blanquecina u oscura llamada endospermo, además de las envolturas protectoras. El embrión de la semilla por uno de sus extremos desarrollará todo el sistema radical de la plántula y por el otro, desarrollará el tallo del que se generarán los demás órganos aéreos. Después de desarrollada la plántula tanto en la parte aérea como en la radical y haber alcanzado una altura aproximada de 10 cm, la plántula subterráneamente comienza a generar pequeños rizomas proporcionales al tamaño de la parte aérea y a la capacidad fotosintética de la plántula. A partir de ese momento se inicia la propagación asexual de la planta a través de rizomas que individualmente tienen su propio sistema radical adventicio. El tamaño de los rizomas tiene relación directa con la capacidad fotosintética de la planta que los generó, con la edad del rodal, con las condiciones climáticas y con la capacidad del rizoma como órgano almacenador de reservas alimenticias.
Un rizoma genera uno, dos o tres rizomas más, estos a su vez originan los tallos proporcionales en diámetro y altura al tamaño del rizoma que los generó. Luego los anteriores rizomas generarán uno, dos o tres rizomas individualmente, pero de mayor tamaño, que a su vez originarán tallos con diámetros y alturas mayores que la planta inicial.
La disminución de la población original de Guadua angustifolia se debe al avance de la agricultura de ladera en los dos últimos siglos, en especial a la consolidación de la caficultura, la época de la colonización significó la transformación de las zonas de guaduales en leña para hornos paneleros, y su estigmatización social, como elemento maderero para la clase pobre, que la hizo vulnerable una vez hubo la expansión demográfica en el eje cafetero. En los últimos dos siglos, se redujo ostensiblemente la extensión de guaduales en el país, se pasa a 12 millones de ha. a solo 50 mil ha. El problema del agotamiento del recurso guadualero ha venido siendo denunciado desde hace mucho tiempo por quienes han percibido su importancia en lo material y en la cultura regional. Sin embargo, hace poco tiempo que la guadua viene siendo tratada como objeto de investigación. Entidades estatales y grupos privados se han encargado de recuperar la guadua con diversos fines. Las corporaciones regionales, se ocupan de la producción, manejo técnico y silvicultura, recuperación, promoción, difusión y control. Tal es así, que para el año 2.002 las corporaciones autónomas regionales de los departamentos de Caldas, Quindío, Risaralda, Tolima y Valle del Cauca, han realizado una norma que contiene lo concerniente al manejo de los guaduales, el registro de las áreas cubiertas por guadua, la clasificación de los aprovechamientos, la unificación de las equivalencias para los diferentes productos, las tasas de aprovechamiento, el trámite para la obtención de permisos, así como también los aspectos sobre la asistencia técnica forestal para los proyectos con esta especie. Esta norma pretende el manejo sostenible de los guaduales y la creación de un registro de guadual natural en el área concerniente a los cinco departamentos del eje cafetero.
La guadua es considerada como uno de los bambúes de América más apropiados para la fabricación de papel. Su pulpa puede compararse con las pulpas obtenidas de Bambusa tulda de la India y Arundinaria alpina en África. Igualmente es utilizada para la construcción de muebles, objetos decorativos, instrumentos y edificaciones en bahareque. Esta última ha representado el avance de la cultura en el eje cafetero, siendo utilizado desde la época prehispánica con los Quimbayas, en la colonia con la clase marginal o pobre y actualmente destacándose en la fabricación de estructura de ingeniería aeronáutica.
Todo finkero que tenga en su finca guadua, debe conservarla y usarla racionalmente para así poder permitir que generaciones futuras disfruten de las bondades de esta especie.
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Venden ustedes cercos de guadua verde para jardin