Entendiendo a nuestro caballo
Hay una diferencia muy grande entre la inteligencia de un herbívoro y un carnívoro, de igual manera los atributos de cada especie y sus necesidades e inquietudes son muy dispares. El cerebro del caballo presenta una bipolaridad perceptiva que repercutirá en sus reacciones. El caballo tiene la posibilidad de direccionar cada oreja de forma independiente según la localización del estímulo que le interesa analizar. La captación binocular del caballo se analiza posteriormente en su cerebro, aprecia tonalidades y sufre parcelas ciegas delante y detrás. La posición de sus ojos le permite controlar su periferia. Posee un sistema nervioso muy sensible captando no sólo las comunicaciones corporales sino los estados anímicos tanto de sus congéneres como de sus depredadores.
La creencia de que hay gente que tiene un don especial con los caballos, todos hemos oído hablar de chamanes o susurradores, eso es un misticismo que muchos han querido alimentar y fomentar, lo que sí es cierto es que hay personas con una sensibilidad especial para tratar con los animales pero de ahí a crear chamanes o poderes especiales va un buen trecho.
Todo el mundo puede llegar a aprender cómo es el caballo, su morfología, sus necesidades biológicas y anímicas, sus prioridades y su forma de relacionarse, eso es lo que nos enseña la etología, y sólo así, con inteligencia y sentido común podemos aplicar métodos basados en la aceptación por parte del caballo de nuestras solicitudes y no por la imposición y mucho menos por la fuerza.
Tomado de Torrente, 2012. Interacción con caballos. Etología racional.