Mamíferos en nuestras fincas: Chigüiro
El chigüiro (Hydrochoerus hydrochaeris) Linneo, también conocido como capibara, ronsoco o carpincho es el roedor más grande del mundo, la especie puede alcanzar un peso corporal de 49 kg, una longitud total de 1 m y una altura a la cruz de 0,50 m. El macho presenta sobre su hocico una glándula que secreta una sustancia química útil para marcar territorio. Se ha estimado una longevidad de 10 años en vida libre y de hasta 12 años en cautiverio.
La especie se distribuye en toda América del Sur: Venezuela, Guayanas, Brasil, Paraguay, Perú, Bolivia, Uruguay, Norte de Argentina y Colombia. Se distribuye adicionalmente en Panamá. En Colombia existen dos subespecies de chigüiros separadas geográficamente por la cordillera de los Andes. La subespecie Hydrochaeris hydrochaeris isthmius se distribuye al norte del país en la región Caribe, los valles del Magdalena, Cauca, Sinú, Atrato y en el departamento del Chocó (Torres y Sanabria, 1976 citado por Aldana et al 2003). La otra subespecie H.h.hydrochaeris se distribuye en los llanos orientales y los departamentos del Caquetá, Putumayo y Amazonas (Fuerbinger, 1974 y Concha y Vargas, 1990 citados por Aldana et al., 2003).
La especie es herbívora selectiva no rumiante, considerándose como aquella que aprovecha de manera más eficiente la sabana nativa. A diferencia de la creencia popular, los chigüiros no compiten con el ganado bovino por la disponibilidad de alimento, ya que no se alimentan de las gramíneas y leguminosas mejoradas propias de las explotaciones ganaderas. La especie se alimenta principalmente de gramíneas y hierbas de bajo porte. Los chigüiros alternan la dieta con plantas acuáticas de la orilla de los cuerpos de agua de las familias Poaceae, Cyperaceae, Leguminosae, Asteraceae (Forero et al., 2003). Eligen selectivamente plantas forrajeras con alto contenido protéico. La especie habita entre la vegetación circundante a los cuerpos de agua, los cuales utiliza como refugio en situaciones de peligro, pero es usual verla alimentándose sobre las playas y zonas secas. En un estudio reciente, realizado en la Amazonia colombiana, se determinó que la principal zona de alimentación para los chigüiros es la playa, en este mismo estudio se reportan cuatro especies como las más frecuentes consumidas por la especie (Arteaga y Jorgenson, 2007). También se ha documentado que la especie consume semillas de aráceas, Heliconea spp., maíz, camote, plátano, caña de azúcar, palmas, cortezas y ocasionalmente frutas (Paschoaletto et al., 2003).
Los chigüiros aprovechan de manera eficiente los nutrientes de las plantas al aumentar la eficacia de la digestión, que implica una extensa masticación y fermentación. El consumo diario en condiciones naturales puede llegar a 3 kg en adultos y a 1,7 kg en juveniles de materia vegetal. En temporada seca las preferencias alimentarias pueden ser modificadas a consecuencia de la escasa oferta de forraje fresco, por lo que pueden consumir bore y otras plantas leñosas.
Los chigüiros son animales sociales. Los grupos que forman son muy estables y entre todos los miembros adultos defienden un territorio común. La relación macho:hembra dentro de los grupos es de 1 a 2. Las crías permanecen en su grupo original hasta cumplir 1 año, edad a partir de la cual inician su dispersión hacia otras manadas. Este proceso tiene dos características poco comunes en mamíferos, ya que ambos sexos tienden a dispersarse por igual y la dispersión puede ocurrir en grupos cuando un macho subordinado se aleja de su grupo acompañado de algunos subadultos (Herrera, 1992). En chigüiros de vida libre, se ha reportado una proporción de neonatos y juveniles (29%) menor que la de sub adultos y adultos (71%) (Aldana-Domínguez et al., 2002).
Dentro del sistema social de los chigüiros, existe una estricta jerarquía de dominancia entre los machos. El macho dominante mantiene su estatus mediante persecuciones simples en las que el subordinado es desplazado. Generalmente, el macho desplazado huye describiendo un semi-círculo sin alejarse del grupo. De hecho, cada macho subordinado es miembro permanente del grupo y, a pesar de que pueda llegar a distanciarse del mismo, su pertenencia es evidente (Herrera y MacDonald, 1989 citados por Aldana et al., 2003). Los intrusos de grupos vecinos son repelidos por cualquier miembro adulto, independientemente de su sexo. El macho dominante realiza la mayoría de los apareamientos. Entre las hembras existe poca agresión y no existe una estructura jerárquica evidente. El cuidado parental es mínimo debido a la alta precocidad de las crías.
Los chigüiros son animales poliéstricos anuales. Bajo condiciones ambientales óptimas, las hembras pueden tener dos partos anuales. La reproducción en la especie depende de factores intrínsecos y extrínsecos. Si bien se ha demostrado que la especie se reproduce en cautiverio con un alto potencial reproductivo, también se ha documentado que su capacidad reproductiva se relaciona directamente con la densidad poblacional, el área del encierro, el estatus social y la disponibilidad de alimento. Precisamente, el periodo más crítico para la hembra mantenida en cautiverio es momento del parto, lo que se ha asociado a estrés por el cautiverio o a un exceso energético en la dieta. Por otra parte se ha logrado establecer que la eficiencia reproductiva de la especie depende en gran medida del tamaño del grupo, alcanzando mayores índices cuando se conforman grupos de gran tamaño (Álvarez y Kravetz, 2006).
La mortalidad en condiciones naturales obedece a depredación y al posible efecto deletéreo de agentes infecciosos (Sampaio et al., 1996; Gauna y Martínez, 2006; Orduz et al., 2007) Los principales depredadores naturales son babilla, anaconda (Eunectes murinus gigas), zorro gris (Cerdocyon thous), nutria (Pteronura brasiliensis), perro doméstico (Canis lupus familiaris), puma (Puma concolor), tigrillo (Leopardus spp.), gallinazo común (Coragyps atratus) y caracara (Caracara plancus) (Calle et al., 1994; Aldana-Domínguez et al., 2002).
La información existente sobre el estado actual de las poblaciones silvestres de la especie en Colombia es escasa. Las poblaciones naturales de los llanos orientales han sido diezmadas, particularmente en el departamento de Arauca, como consecuencia de la caza indiscriminada. Varios estudios realizados en los llanos orientales han reportado diferentes densidades poblacionales para la especie. En un estudio realizado en diferentes épocas del año en Caño Limón, Arauca, Colombia, en una población de chigüiros de vida libre se obtuvieron densidades aproximadas de 0,3 a 1,7 individuos/ha y un tamaño de grupo estimado entre 600 y 1.200 individuos (Aldana-Domínguez et al., 2002). En el departamento del Casanare el tamaño de las poblaciones naturales de la especie es bastante significativo, particularmente en fincas con vocación ganadera, donde los chigüiros tienden a prosperar de forma conjunta, puesto que son relativamente seguras de la depredación y se cuenta con recurso de agua y alimento. Esta tendencia, que tiene la especie de prosperar en cercanía de zonas agrícolas o antropogénicas (fincas), ha sido evidenciada en otros estudios (Verdade y Ferraz, 2006). En otras zonas del país, con paisajes menos abiertos que los de los llanos orientales (p.e. : valles de los ríos Cauca y Magdalena), se han reportado pequeñas poblaciones aisladas (Aldana et al., 2003).
En Colombia, y particularmente en los llanos orientales, la supervivencia de las poblaciones naturales de chigüiros depende en buena forma de la actitud del propietario de la finca donde se encuentran. De tal forma que las iniciativas generadas para lograr una explotación racional y sostenida del chigüiro al mismo tiempo favorecen su conservación. Lo anterior puede reflejarse en el estado de conservación de poblaciones en vida libre; por ejemplo, en Corrientes, Argentina, provincia donde la especie es aprovechada legalmente, sus poblaciones naturales están en mejor condición que en la provincia de Entre Ríos, donde su cacería está prohibida (Ojasti, 1997). De igual forma, en Venezuela, donde se ha explotado la especie desde hace más de 200 años, el programa de manejo del chigüiro es exitoso, específicamente en las fincas en las que tradicionalmente se ha explotado desde tiempo coloniales, y es precisamente, en esas mismas fincas donde existen las poblaciones más saludables de la especie (Herrera, 1999).
Tomado de : Rico Hernández, G. 2009. Propuesta de un sistema de criterios e indicadores de sostenibilidad a la zoocría de especies de fauna silvestre en Colombia. Contrato No. 09-09-020-0235PS. Instituto de Investigación de Recursos Biológicos “Alexander von Humboldt”. Bogotá, D.C., Colombia.
Me gustaría hacer un criadero, para producción y reproducción.
Primero hay que consultar con la autoridad ambiental
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