Productos forestales no maderables: Insectos
Estudios estadísticos han demostrado que los animales más diversos no sólo son los más pequeños, también son los que tienen una alta movilidad, lo cual les da acceso a una gran variedad de recursos y facilidad para colonizar diversos hábitats. Estos animales son los insectos. Se originaron hace más de 400 millones de años y desde entonces han dominado hábitats terrestres y acuáticos. Se estima que en la actualidad existen 751,000 especies de insectos y que todos estos individuos reunidos equivaldrían a un trillón de kg en peso vivo, es decir, más de lo que pesa la humanidad entera. Dentro de la Clase Insecta, para el Orden Coleoptera (escarabajos, luciérnagas, cocuyos, mariquitas, entre otros) y Lepidoptera (mariposas y polillas) se reportan 360,000 y 120,000 especies, respectivamente (Wilson, 1992; Díaz y Ávila, 2002).
En Colombia, se estiman 5,000 especies de coleópteros y 3,100 especies de lepidópteros (exceptuando polillas). Esta gran diversidad de insectos se expresa especialmente en valles interandinos, Amazonia, Chocó biogeográfico, Sierra de la Macarena y Sierra Nevada de Santa Marta (Mittermeier et al., 1997; Amat et al., 2005; Pardo, 2005).
Los insectos cumplen un papel ecológico primordial: actúan como polinizadores; son agentes de regulación biológica de plagas; generan en sus actividades productos como miel, cera, colorantes, sedas, lacas; se constituyen en fuente alimenticia de alta calidad protéica para aves, peces, reptiles, mamíferos e incluso para algunas comunidades humanas; son recicladores de compuestos orgánicos en los suelos, entre otros (Henao y Ospina, 2008). Se les considera además como indicadores de calidad ambiental y son aliados en la investigación científica (Pardo et al., 2004; Moreno et al., 2007). Tan importantes son los insectos, que se ha estimado que en caso de que se extinguieran por completo, la humanidad probablemente duraría pocos meses (Wilson, 1992).
Los productos forestales no maderables, dentro de los cuales se incluyen los insectos, son recursos biológicos diferentes de la madera que se pueden aprovechar de una manera sostenida en condiciones de bosque natural, ya que son recursos naturales completamente renovables con formas de aprovechamiento y de manejo sin dañar el bosque tropical. De hecho, bajo un sistema de uso y aprovechamiento sostenible, se ha estimado que la explotación de productos forestales no maderables constituye la mejor manera de aprovechamiento de bosques tropicales ricos en especies, conservando la mayor parte de la diversidad biológica y las funciones del ecosistema del bosque. En la actualidad los mercados nacionales e internacionales han generado una creciente demanda por algunos insectos, enfocándose principalmente en su uso como mascotas, artesanías y ornamentos; surtiendo museos, coleccionistas, granjas, vivarios y eventos especiales. En este sentido puede considerarse que los insectos, escarabajos y mariposas para el caso concreto de este documento, representan un valor económico adicional al tradicionalmente asignado (IDEAM-Consultores FAO, 2002).
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