El tiempo es determinante
La ubicación es el aspecto más importante a considerar cuando se está comprando tierra. Los precios tienden de por sí a variar en relación con su ubicación respecto a zonas urbanas; de tal forma que a medida que la tierra se aleja de las zonas urbanas, el precio va a ser menor. A parte de la ubicación, el uso potencial que tiene la tierra, incide directamente sobre el precio de la misma. Si nos referimos a aspectos meramente urbanísticos, un lote rural o una finca, tendrá un mayor valor si es permitido un desarrollo urbanístico y si éste mismo puede hacerse bajo un alto índice de ocupación del terreno.
Hay otros factores importantes que se deben evaluar cuando se tiene la intención de adquirir tierra: los alrededores, fuentes de agua, vías de acceso, servicios públicos y seguridad. Estos igualmente van a determinar el valor del terreno.
Los factores acá mencionados, en cierta forma pueden ser subsanados, dependiendo del tiempo de la inversión; es decir, si estamos adquiriendo tierra pero no tenemos intención próxima de explotarla o desarrollarla urbanísticamente, podemos adquirirla a más bajo precio, un poco más alejada de las zonas urbanas y sin permiso aún de desarrollo urbanístico. Todo es cuestión de tiempo y de olfato en los negocios.
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