Denominación de origen
La Denominación de Origen es una herramienta poderosa para el desarrollo regional. Para los productos agropecuarios el lugar de origen es lo más importante, pues están dotados de características únicas que los distinguen del resto, además de que encuentran una demanda en el mercado que permiten garantizar su continuidad en el tiempo.
Para los partidarios de la economía de mercado, la Denominación de Origen son necesarias pues representan una manera de aminorar las asimetrías de información que caracterizan al mercado, pues etiqueta un producto y crea una reputación sobre éste que le permita diferenciarse en el mercado.
Una visión similar es la que ofrecen los estudiosos del desarrollo local, al considerar que una Denominación de Origen representa un fenómeno de valorización de la identidad cultural, la cual es propia de las regiones rurales, con menor impacto de la industrialización y la globalización lo que permite mantener una identidad cultural con mayor fuerza y que, en el ámbito económico, presentan signos materiales visibles como son los productos alimentarios típicos, la biodiversidad, la lengua, música, paisaje, etc…
Los productos con Denominación de Origen ofrecen un vínculo cultural, económico, social y ambiental con los territorios donde fueron elaborados, pues por este medio se distinguen de los productos masivos anónimos y abren la posibilidad de un aumento en la responsabilidad del lugar. Este tipo de productos tiene el potencial de establecer circuitos cortos de comercialización, contrarios a las largas cadenas de comercialización tradicionales.
Al mismo tiempo, una Denominación de Origen confronta el modelo tradicional de producción y comercialización de productos agroalimentarios pues representa un mecanismo diferente de vinculación entre los consumidores y los productores, en donde no son las características de los productos las que generan la fidelidad, sino los procesos de elaboración y un emergente concepto de calidad desde lo local. Este tipo de experiencias pueden servir como elementos dinamizadores del territorio, de tal manera que se permita un desarrollo rural regional. Lo cual implica, además de una confrontación de los conceptos de calidad, la construcción de cadenas de valor cortas, que manifiesten una nueva relación entre productores y consumidores.
Según expertos para que una Denominación de Origen sea exitosa es necesario que se cumpla la existencia de una fuerte infraestructura institucional y organizacional, una participación equitativa de los productores incluidos en la región definida, socios comerciales con fortaleza que permitan la sobrevivencia en el largo plazo y una protección legal adecuada que proteja los esfuerzos realizados. Por estas características, una Denominación de Origen podría ser vista como una estrategia de desarrollo endógeno o de desarrollo territorial. Sin embargo, algunos cuestionan el empoderamiento que dice ofrecer una Denominación de Origen, objetivo necesario para el desarrollo regional, pues genera un proceso de exclusión/inclusión que además se acompaña de un aumento de la desigualdad y explotación de los productores.
La región de mayor importancia en cuánto al reconocimiento de la Denominación de Origen, es la Unión Europea, donde al 2.009 se reconocieron más de 6 mil de Denominación de Origen protegidas, de las que el 85% se utilizaron para vinos y bebidas espirituosas. A escala global se identificaron más de 10,300 productos Denominación de Origen, de las cuales cerca del 86% se encontraron en países desarrollados.
Entre estos productos, el caso del tequila mexicano es de importancia pues en su origen se trató de una bebida de consumo popular, la cual tras la obtención de la Denominación de Origen se transformó en un producto diferenciado, normado, elitista y de moda internacional. Sin embargo, conseguir la Denominación de Origen fue un proceso largo y contingente, en el que convirgieron múltiples intereses para finalmente definir una bebida reconocida en los mercados mundiales y con importantes ganancias para los industriales del ramo.
Para el caso particular de Colombia, los siguientes son los productos que cuentan actualmente con Denominación de Origen:
Café de Colombia
Café de Nariño
Sombrero vueltiao
Hamaca de San Jacinto
Sombrero Aguadeño
Cerámica de Carmen de Viboral
Mochila Wayuu
Sombrero Sandoná
Cerámica de La Chamba
Barniz de Pasto (Mopa-mopa)
Cerámica de Ráquira
Cestería en rollo de Guacamayas
Bizcocho de achira
Queso paipa
Rosa
Clavel
Crisantemo
Finkeros.com, el portal de las fincas
Fuente: Pérez, 2011. Revista Geográfica de América Central. Número Especial pp. 1-22 |