El problema de la papa en Colombia
La papa es un producto esencial en la alimentación de la población colombiana, especialmente en las clases de menores ingresos, por lo cual le corresponde un papel de primer orden en el grupo de alimentos de consumo directo. Tiene un rol además muy importante dentro de la economía campesina, especialmente en los departamentos de Boyacá, Cundinamarca y Nariño. Son miles de familias en el territorio colombiano que dependen de este cultivo en términos alimentarios, culturales y económicos.
En los momentos actuales que vivimos, producto de la presión generada por el Paro Agrario, el cual ha sido liderado por varios sectores del agro en Colombia, el Gobierno nacional planteó como solución a los productores de papa, la compra del tubérculo. Un planteamiento que, a todas luces, se entiende carente de cualquier rigurosidad en el análisis marco y microeconómico de la problemática. En síntesis, no es más que una solución cortoplacista y mediática, que se puede interpretar incluso como el salvavidas para que al actual Gobierno no lo continúen desacreditando más protestas que desestabilicen una eventual reelección.
Comprar papa a los productores es prolongar un mal manejo económico que por décadas ha caracterizado el mercado de este tubérculo en Colombia. Recordemos además que, es con dinero de todos los contribuyentes que se está haciendo esa compra, y eso, reiteramos, no genera ninguna solución estructural al verdadero problema de los productores. ¿Qué pasaría si cultivadores de otros productos agrícolas conminaran al Gobierno para que igualmente les compraran sus cosechas? ¿Qué sucedería si otros sectores de la economía nacional presionaran a que el Gobierno se metiera la mano al drill para solventar sus pérdidas económicas? La premisa dentro de la política agraria colombiana lamentablemente sigue siendo prolongar la agonía, haciendo uso de posturas paternalistas que en diferentes latitudes han arrojado malas experiencias.
Para buscar soluciones estructurales, es preciso hacer un control sobre el precio de los agroquímicos utilizados en el cultivo de papa. Conocemos de primera mano que es de más del 50% la utilidad que usualmente manejan las grandes multinacionales productoras y comercializadoras de estos agroquímicos, cuando en muchas ocasiones al productor el cultivo le genera únicamente pérdidas. Los agroquímicos (fertilizantes y plaguicidas) en la actualidad representan más del 25% dentro de la estructura de costos de producción de papa en Colombia, de ahí que se pueda interpretar que el papicultor trabaja mes y medio en su cultivo única y exclusivamente para que se cumplan las metas de ventas de las grandes comercializadoras y multinacionales.
Los créditos bancarios son igualmente otra talanquera que se debe superar para ver la luz al final del túnel. El Gobierno debería exigirle a las entidades financieras la oferta de productos bancarios preferenciales acordes con las necesidades de los productores, en términos de monto, tasas de interés y plazos. Esto evidentemente redundaría en una dinamización del sector y en un consecuente incremento de la productividad campesina. Recordemos que, en años anteriores, fue la sociedad quien le tendió la mano al sector financiero con el aporte del tan mezquino 4 x 1000, es momento ahora que esa retribución se dé por parte de los bancos, los cuales no hacen sino reportar utilidades exponenciales, y por demás inequitativas, año tras año.
Gran parte de la culpa de que los papicultores estén como están, lo tiene también el sistema de comercialización del tubérculo en Colombia, ¿cómo es posible que la papa, en promedio, pueda pasar por seis intermediarios antes de llegar al consumidor final? Esta situación se presenta en los grandes centros de acopio de papa en el país y se extiende hasta el consumidor final. Ese gran número de intermediarios hace que se multiplique el costo de transporte del producto y que la fijación de precios la ejerzan con descaro los acopiadores del producto. Es ahí también donde tienen que poner los ojos los tecnócratas del aparataje estatal colombiano para ejercer un control sobre los precios y así evitar que la rentabilidad del negocio se quede en los bolsillos de los intermediarios.
Cuando tengamos un gobierno capaz de plantear soluciones a largo plazo y desarrollar políticas agrarias serias y consecuentes con la realidad de los productores, veremos el surgimiento del potencial agrícola de nuestro país. Por lo pronto, seguiremos siendo testigos del atraso del sector y de las nefastas consecuencias, en términos sociales y económicos, que produce.
Finkeros.com, el portal de las fincas
mi nombre es Ever Gutierrez estudiante de administración de empresas vivo en Tabio Cundinamarca soy campesino crecí viendo labrar la tierra a mi papá y mis abuelos, aprendí de ellos a cultivar papa actualmente también desarrollo esta hermosa profesión, pero lo mas triste es ver como el gobierno nacional abandona al campesino sin brindarnos ayudas y si afectarnos a diario con sus tratados con sus importaciones de papa congelada y el alto precio de los insumos agrícolas, es infame que quieran importar papa de Europa en especial de los países bajos.
Colombia es un gran productor de papa Cundinamarca produce el 37% Boyaca el 27% Nariño el 20% y Antioquia el 6% es inaudito que Colombia quiera importar cuando la cantidad es mas que suficiente para el país deberíamos pensar en formas de transformación del producto y formas de importación si es cierto que actualmente una pequeña parte es exportada a mcain pero debemos buscar mas mercados.ya que esta vuelve a nuestro país a precios mucho mas altos.
para concluir este pequeño comentario solo pido que en algún momento el gobierno nacional pueda incluir mas beneficios a este gremio papero necesitamos controlar las importaciones e implementar nuevas tecnologías para poder transformar los productos y por ultimo beneficios en la compra de insumos gracias.