TLC Colombia-Corea del Sur: lo bueno, lo malo y lo feo
Si bien Colombia logró firmar un acuerdo comercial con Corea del Sur que sobre el papel pareciera esperanzador, dado el pobre desempeño del sector agropecuario en el país y la escuálida política agraria existente, serán «muchos los llamados, pero pocos los escogidos» para entrar al noveno mercado más importante del mundo.
“El sector agropecuario de Colombia es ganador absoluto (dentro de la firma del TLC con Corea del Sur) porque tiene múltiples oportunidades en café y sus procesados, flores, carne de res, azúcar, banano, frutas, hortalizas, tabaco, cigarrillos, etanol, carne de cerdo, avicultura y lácteos, entre otros”, aseguró enfática la ministra de Comercio, Industria y Turismo, Cecilia Álvarez-Correa, en un reciente evento donde asistieron empresarios del sector .
Según información del ministerio de Comercio, Industria y Turismo, «la negociación con Corea del Sur es especialmente importante para el sector agropecuario y agroindustrial toda vez que Corea es un gran importador de estos productos del mundo». De acuerdo con cifras manejadas por esta cartera, la población de Corea del Sur es de cerca de 50 millones de personas, con una alta capacidad adquisitiva y un Producto Interno Bruto per cápita que el año pasado alcanzó USD 33.189, nivel similar a la Unión Europea como región, y superior cuatro veces al nuestro, que llega a USD 8.025 (2013).
Es sin lugar a dudas un mercado importante con gran capacidad de compra, ya que solamente en 2013 importó bienes por USD 515.573millones, cifra que lo ubicó en el noveno lugar a nivel mundial. Si se compara con Colombia USD 59.397), ese nivel es 9 veces superior. En términos per cápita, las importaciones coreanas de bienes ascendieron a USD 10.266 mientras en Colombia se ubicaron en USD 1.260.
Pero todas estas cifras deben ser vistas con pragmatismo por los gremios y los empresarios del sector agropecuario colombiano. Si bien es cierto que Corea del Sur concedió a Colombia un paquete agrícola muy superior al ofrecido a países como Perú, Chile, Vietnam, Indonesia e India.
Chile y Perú previamente han firmado un TLC con Corea del Sur, luego su experiencia es importante para Colombia. Para el caso chileno el TLC ha sido positivo porque le permitió, en sólo cuatro años, incrementar sus exportaciones agrícolas a este país asiático en un 400 por ciento. No hay que olvidar, la calidad de la infraestructura de transporte interno con que cuenta el país austral (que disminuye los costos) y su diferenciación a nivel mundial dentro de los productos de origen agropecuario.
Inicialmente, los productos que se beneficiaran son azúcar, flores y café, que figuran dentro de los productos agropecuarios que históricamente Colombia le ha vendido a Corea del Sur. Las ventas de estos productos seguramente aumentarán al eliminarse los altos aranceles existentes.
Es cierto que Colombia consiguió la desgravación gradual y total de los aranceles coreanos para el azúcar del 35 por ciento en un plazo de 16 años, que esta desgravación es un logro excepcional para Colombia. Lo anterior porque a diferencia de otros acuerdos comerciales como el de Estados Unidos o la Unión Europea en donde se logró acceso a través de cuotas de mercado por ser uno de los productos más protegidos en todo el mundo. Con Corea del Sur habrá preferencias arancelarias desde el primer día de entrada en vigor del acuerdo y libre comercio al final del cronograma de desgravación.
También es cierto que una vez entre en vigor el TLC, todos los productos de interés exportador de Colombia contarán con acceso preferencial, tales, como café, flores, banano, frutas, hortalizas, tabaco, cigarrillos, azúcar, alcohol etílico, etanol, carne y despojos de bovino, carne de cerdo, avicultura, lácteos y derivados, confituras y mermeladas, jugos, galletas y confites.
Pero, y aquí empieza la letra menuda de este TLC, es necesario que se cumplan los términos para la desgravación que llevará a la eliminación total de los aranceles.
Aunado a esto, Colombia debe cumplir con las medidas sanitarias y fitosanitarias contempladas en el acuerdo. Y es aquí donde las perspectivas del TLC para el agro colombiano resultan nebulosas. Por ejemplo, para el caso particular de la carne bovina, entre el 2011 y 2013 Corea del Sur importó en carnes un promedio de USD 2.757 millones. Para el 2013, tales importaciones de carnes se concentraron en bovino 43 por ciento y porcino (33 por ciento) y fueron originarias principalmente de Estados Unidos con el 36 por ciento y Australia con el 31 por ciento. Es decir, que los ganaderos colombianos entrarían a competir con ganaderías con un alto componente tecnológico (que facilitan el cumplimiento de las medidas sanitarias), como la estadounidense y la australia, y con un factor de flete que es desventajoso por ubicación geográfica e infraestructura interna de transporte.
De tal forma, que como lo mencionó la senadora Vivian Morales durante la aprobación de este TLC en el Senado, «no nos vengan a decir que vamos a poder competir con ganaderos neozelandeses y australianos por el mercado de Corea del Sur». Igual panorama deben enfrentar otros sectores incluidos dentro de este paquete de negociación, si quieren acceder al mercado surcoreano.
La oportunidad puede aparecer para aquellos productos diferenciados, como frutas tropicales, que no tienen competencia por parte de países que actualmente le venden a Corea del Sur. Pero para esto, es necesario conocer el consumidor surcoreano y realizar previamente estudios de mercado para tomar decisiones acertadas que beneficien algunos sector agrícolas del país. Luego, dependiendo de la inversión estatal y gremial, dependerá que se cumplan los entusiastas vaticinios de la ministra Álvarez-Correa.
Finkeros.com, el portal de las fincas