Fincas y servicios ecosistémicos

En los últimos años el término servicios ecosistémicos ha venido siendo usado con mayor recurrencia cuando se hace alusión a temas ambientales y de desarrollo sostenible. Se entiende por servicios ecosistémicos los beneficios sociales y económicos que la humanidad recibe de los ecosistemas. Son servicios ecosistémicos por ejemplo, la mitigación del calentamiento global, la disponibilidad de recursos naturales, la polinización, el control biológico de plagas y enfermedades, entre muchos otros.Un estudio realizado por investigadores de EUA, Argentina y Holanda, estimaron el valor de los servicios ecosistémicos a nivel mundial en ¡33 billones de USD anuales! Al respecto, Pavan Sukhdev, uno de los gurús de la economía verde, afirma que en realidad la humanidad nunca ha pagado por esto, porque ciertamente a ninguno de nosotros nos ha llegado una cuenta de cobro por estabilidad de suelos, control de inundaciones, fotosíntesis o captura de carbono. Por su parte, Edward Wilson, uno de los padres de la ecología moderna, en su libro The Diversity of Life cuestionó qué pasaría si todos los insectos del planeta desaparecieran, y concluyó que sencillamente en cuestión de una semana la humanidad entera sucumbiría, precisamente por la falta de esos servicios ecosistémicos prestados por este reino animal. Es claro entonces que los servicios ecosistémicos son definitivos para la producción agropecuaria, y por ende para la viabilidad de la humanidad; pero resulta paradójico que ningún ser humano, esté ligado al agro o no, paga por estos servicios ecosistémicos. Contrario a lo que muchos podrían pensar, si bien por ahora no vamos a pagar, podemos contribuir a garantizar que esos servicios ecosistémicos se sigan prestando y de esta forma se siga beneficiando tanto la producción agropecuaria como la humanidad entera. Esto se logra conservando los ecosistemas naturales, por ejemplo, haciendo un correcto uso de los suelos, promoviendo la estabilidad y conectividad de los bosques nativos, prohibiendo y denunciando la caza y extracción ilegal de fauna y flora, disminuyendo el uso de agroquímicos y evitando la contaminación de suelos y de fuentes de agua. Estas acciones se pueden llevar a cabo en nuestras fincas, en paralelo con el desarrollo agropecuario que estemos realizando. Podemos además implementar sistemas de producción más amigables con el medio ambiente (como por ejemplo sistemas silvopastoriles o agricultura orgánica) que promuevan la conservación de los ecosistemas naturales y sus consecuentes servicios ecosistémicos. Es nuestra decisión si queremos continuar implementando sistemas tradicionales de producción agropecuaria que nos llevarán a que los ecosistemas nos pasen tarde o temprano factura, o por el contrario, cambiar hacia sistemas de producción sostenibles y visualizar un futuro más claro para las nuevas generaciones.

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Autor: gricoh