«Zonas de ganadería extensiva han conservado al jaguar»
Panthera Colombia viene trabajando en diferentes escenarios para conservar las especies de felinos silvestres en el país. Se espera que los gremios y empresas agropecuarias y de infraestructura asuman un postura responsable frente a este desafío.
Esteban Payán, director ejecutivo de Panthera Colombia, lleva 15 años estudiando felinos en Colombia. Su objetivo es hacer ciencia para la conservación aplicada de grandes carnívoros. Tiene intereses particulares en corredores, áreas mínimas requeridas para supervivencia a largo plazo, sostenibilidad de la cacería de carne de monte y ecología de carreteras. A través de Panthera Colombia busca consolidar el corredor jaguar en Suramérica y Panamá.
ABC del Finkero conversó con él sobre el trabajo que Panthera Colombia viene haciendo junto con ganaderos y agricultores.
ABC del Finkero: ¿Cuál es el objetivo de Panthera Colombia?
Esteban Payán: Consolidar la Iniciativa del Corredor Jaguar. El corredor es la herramienta más ambiciosa de conservación de carnívoros en el mundo y constituye el corredor más grande del mundo. Esta es la mejor estrategia para conservar al jaguar a largo plazo (por ejemplo, a 300 años). El corredor consiste en asegurar el cruce de jaguares entre áreas protegidas por parches de bosque en zonas productivas sin que lo maten. Es un corredor genético, donde no se requieren poblaciones permanentes de jaguares en las zonas no protegidas pero sí una permeabilidad de animales dispersoras por ellas. Esto implica mejores prácticas agropecuarias y un menor impacto sobre la biodiversidad por parte de los proyectos de infraestructura.
Al conservar al jaguar se busca asegurar la conservación de toda su biodiversidad asociada. La conservación de la biodiversidad es una meta planetaria plasmada en múltiples acuerdos internacionales de la cual Colombia es signataria.
ABC: ¿Cuál es el estado de conservación de las poblaciones de felinos silvestres en Colombia?
E.P.: Hay seis especies de felinos silvestres en Colombia, de las 36 especies que existen en el mundo. Las amenazas transversales para todas las especies son la pérdida y transformación del hábitat causada por el avance de la frontera agropecuaria, la fragmentación de sus poblaciones por carreteras y poblados y la cacería retaliativa por ataques a animales domésticos. La cacería varía en escalas y ésta refleja la intensidad de la persecución sobre cada especie. El impacto en el ganado atacado por grandes felinos, jaguares y pumas, es generalmente mucho mayor que el causado por las cuatro especies de felinos medianas y pequeñas (por debajo de 13 kg) sobre aves de corral y en ocasiones pequeñas ovejas y cabras. Esto se conoce como depredación y es el componente más importante del conflicto humanos felinos. El conflicto también incluye el miedo a la fiera y éste causa algo de la cacería incidental, es decir, cuando el cazador se encuentra con el humano. Ningún felino colombiano ha atacado a humanos sin provocación, entiéndase, sin que antes le hayan disparado. Todas las poblaciones de felinos están decreciendo y las seis especies están incluidas en alguna de las categorías de amenaza de extinción de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Las categorías de la lista roja de la UICN obedecen a un ranking combinado de factores de riesgo que incluyen el número de hábitats que ocupan, su área de distribución actual, tamaño corporal y amenazas activas, como la cacería. Por ejemplo, el felino más amenazado para Colombia es la oncilla, aunque el jaguar esté seriamente amenazado. Esto se debe a la limitada distribución en páramos y bosques de niebla de la oncilla, los cuales a su vez están seriamente amenazados por prácticas de explotación humana. A futuro es claro que la conservación del jaguar requerirá muchos más esfuerzos que la de la oncilla, por lo que estas categorías proveen dirección y guía, pero requieren de consideraciones prácticas en su aplicación.
ABC: Bajo este escenario, ¿cuáles especies se encuentran en mayor riesgo?
E.P.:Las dos especies más amenazadas son el jaguar y el puma. La intensidad de las amenazas se agudizan con el mayor tamaño de los animales y el hábito carnívoro. Ya que estas especies requieren grandes áreas bien conservadas para vivir, donde encuentren suficientes presas silvestres, pueden atacar ganado y sufrir ataques retaliatorios por parte de ganaderos. Tienen además características reproductivas lentas, como gestación larga, camadas pequeñas y crías largas. La agricultura acaba con su caza y desplaza a sus presas. Por lo tanto los grandes felinos son los primeros en extinguirse. Consecuentemente, si logramos conservar poblaciones saludables de grandes felinos, logramos la conservación de las demás especies de la biodiversidad.
ABC: ¿Cuál es entonces la mayor amenaza para la conservación de felinos silvestres en Colombia?
E.P.: La agricultura extensiva. Esto está exaltado por la falta de planeación de desarrollo rural y la ausencia de zonificación clara. Un claro ejemplo de esto son los llanos orientales.
ABC: Ante este escenario, ¿qué se está haciendo? ¿Dónde se está trabajando?
E.P.: Nuestro enfoque esta en los corredores entre Darién-Paramillo, Serranía de San Lucas – Catatumbo y el norte de la Orinoquia. Trabajamos en sanduche: desde abajo con datos básicos sobre presencia de jaguar actual (tenemos mapeadas todas las áreas), monitoreo de poblaciones, implementación local del Corredor (implica una serie de estrategias aplicadas que van desde asesoría técnica pecuaria, fincas piloto para mayor producción, aplicación de mejores prácticas agrícolas, etc), ranchos pilotos antipredatorios y, por arriba en influencia de política pública y fortalecimiento de áreas protegidas existentes y creación de nuevos parques. Tenemos un convenio firmado con el gobierno nacional donde reconoce la importancia de corredor jaguar como estrategia de conservación de la biodiversidad y los bosques.
ABC: ¿Qué nivel de compromiso tiene la industria agropecuaria en Colombia?
E.P.: Es variable. Hemos visto un alto compromiso por parte de empresas agrícolas privadas como Manuelita. Las federaciones agrícolas y los representantes de gremios son los peores. Los campesinos medianos y pequeños son buenos aliados de la conservación. Pero definitivamente los más importantes son los ganaderos. Sólo en las zonas de ganadería extensiva se ha conservado al jaguar. Nuestros modelos muestran como un par de jaguares cazados por ganaderos no los van a extinguir, y cómo estos felinos logran sobrevivir en paisajes pecuarios. El jaguar solo existe en la Orinoquía hoy en día porque los ganaderos se lo han permitido. Si esta misma zona fuera agrícola, hace rato se hubieran extinguido.
Si bien en los parques naturales existen algunas poblaciones de jaguar, la conservación en el interior de fincas es definitiva ya que esta especie no se restringe exclusivamente a las zonas protegidas.
Actualmente Panthera Colombia desarrolla un proyecto ejemplar con la Corporación del Valle del Cauca (CVC). Este es el proyecto más ambicioso de una corporación autónoma regional en Colombia respecto a felinos y también tendrá el primer Plan de Manejo Departamental para felinos 2015-2020. Para Payán este es un importante ejemplo nacional de compromiso y planeación ambiental por parte de la CVC.
El proyecto con la CVC contempla:
- Evaluar el estado de las poblaciones de los seis especies de felinos. Esto implica muestreos de cámaras trampa en la cordillera central, norte del Valle, cordillera occidental y pacífico.
- Implementar alternativas de manejo del conflicto entre felinos y humanos en seis fincas.
- Formular el plan de acción departamental 2014-2020 para los felinos del Valle.
Payán está muy interesado en lograr un compromiso de la empresa privada rural vallecaucana. Precisamente, el pasado 10 de diciembre, con el fin de vincular a la empresa privada y a los gremios a esta iniciativa de conservación, Panthera Colombia se reunió con la Asociación Colombiana de Productores de Caña, con varios ingenios del Valle del Cauca, con el Comité de Cafeteros del Valle del Cauca y con las empresas Smurfit Kappa, EPSA y Pisa. «Aún estamos en conversaciones, pero a los empresarios les debe quedar claro que este llamada a la acción, es probablemente el último chance de que el jaguar no se extinga en el valle geográfico del Valle del Cauca», asegura Payán.
ABC: Doctor Payán y ¿qué falta por hacer?
E.P.: Mucho! Se requieren áreas protegidas sólidas y operativas, zonas productivas con mejore prácticas aplicadas y con datos de sus felinos, carreteras con segmentos amigables con la fauna, zonificación y planeación del desarrollo regional. Aquí se debe decir claramente qué zonas son para conservación, cuáles para explotación y cuáles de uso mixto. Tenemos que aprender cuánto caminan los jaguares, cómo navegan esos paisajes productivos y cuántos hay en todo el país.
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Me gusta mucho la pertinencia y actualidad de los temas que se presentan. Gracias.
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