¿Será que la mejor leche es la que se toma el ternero?
“La mejor leche es la que se toma el ternero!”, hace unos años le escuché esta expresión a un ganadero de tradición en Caucasia, Antioquia. Al preguntarle el por qué, me dijo que lo más fácil era contar terneros y no complicarse la vida con el control de la producción de leche y todos los costos asociados.
Tiempo después le escuché a otro ganadero curtido por el sol del Magdalena Medio, asegurar que en su finca la leche le pagaba los sueldos de los empleados y eso incidía directamente sobre el flujo de caja que manejaba en su ganadería.
Después de haber manejado ganaderías de leche especializadas en el valle de Ubaté, de haber pasado por cría, levante y ceba de ganado comercial en el Magdalena Medio y de experimentar con ordeño tradicional en vacas gyrolandas y confinamiento en ganado coico, aún no me atrevo a dar una respuesta concreta. La razón, es que como todo en la vida, depende. ¿Depende de qué?, pues de todas las variables que se manejan en una ganadería. Por ejemplo, depende si la actividad principal de uno es la ganadería o simplemente el emprendimiento ganadero se limita a visitar la finca quincenal o mensualmente. Lo importante a tener en cuenta, es que uno debe establecer el sistema productivo de acuerdo con su forma de vida. Manejar a distancia un sistema de cría y levante en el Vichada es casi que un imposible. Dejar en manos del mayordomo la administración de una lechería de ordeño mecánico es un salto al vacío. Es definitivo tener presente que la producción debe generarle ingresos a uno y no a los empleados. Recuerden además, que ganadería viene de ganar. Y por último, se debe ser consiente también que lo que se puede administrar es aquello que se puede controlar. Ahora sí, tomen ustedes la mejor decisión.
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