Fríjol mejorado contra el cambio climático
El desarrollo de nuevos genotipos de fríjol permitirían el establecimiento de cultivos en zonas afectadas por la sequía. El mejoramiento genético es una herramienta para contrarrestar los efectos nocivos del cambio climático.
La sequía afecta el 60% de las áreas cultivadas con fríjol en el mundo y puede causar la pérdida hasta del 100% de la producción en los casos más extremos. Sin embargo, esta no es una lucha perdida. Así lo demuestran los 13 nuevos genotipos de fríjol identificados gracias a la investigación realizada por científicos del Programa de Fríjol del Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) en colaboración con la Universidad Autónoma de Barcelona. Gracias al apoyo de la Fundación Bill y Melinda Gates (BMGF) y el Programa de investigación de CGIAR en granos leguminosas.
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Resultado de varios años de trabajo dedicados a alcanzar un mejor entendimiento de cuáles son las características morfo-fisiológicas que le dan, a determinados genotipos de fríjol, la capacidad para resistir a la sequía, dejan claro que no hay características morfo fisiológicas mágicas y nada queda al azar.
Ahorradores y gastadores, estrategias en la resistencia a sequía
Aunque suena a lenguaje bancario, tras evaluar 36 líneas avanzadas del programa de mejoramiento de fríjol del CIAT, los investigadores encontraron que a la hora de enfrentar y resistir la sequía, los genotipos se pueden agrupar en dos conjuntos: ahorradores y gastadores teniendo en cuenta su comportamiento frente al uso del agua y a atributos como discriminación de isótopo de carbono, profundidad de raíces y mejor removilización de fotoasimilados.
Los genotipos ahorradores se identifican por tener varias características morfo fisiológicas que le permiten ahorrar agua, como menor apertura de estomas y hojas pequeñas, entre otras. Son eficientes para removilizar el carbono a la producción de grano. Resultan muy apropiados para ser cultivados en ambientes semiáridos o subhúmedos como algunos de los que se pueden encontrar en Centroamérica, África y el sur de México. Los nombres de los genotipos que presentaron estas características son SER 16, ALB 60, ALB 6, BFS 10, BFS 29. Se trata de fríjoles de granos pequeños y color rojo. De hecho, SER 16 es una variedad resistente a sequía desarrollada por el CIAT, liberada en Ruanda y en proceso de liberación en Nicaragua.
Pero eso no es todo. Estas 13 líneas mejoradas del CIAT sobresalientes en sequía mostraron un rendimiento de grano que duplica la producción presentada por tres variedades comerciales líderes en América Latina: DOR 390, Perola y Tío Canela.
El éxito para responder al desafío de la sequía, principal limitante abiótica del cultivo del fríjol, parece estar en buena parte en la combinación estratégica de características morfo fisiológicas en genotipos destacados de acuerdo con el ambiente en que es cultivado. Una llave que facilita el desarrollo de un mejoramiento varietal específico de acuerdo con las zonas agroecológicas más aptas para la siembra de esta leguminosa.