¿Cómo se transmite la rabia?
La rabia urbana y la silvestre tienen diferentes reservorios y transmisores de esta enfermedad zoonótica.
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Se conocen dos ciclos de transmisión: el ciclo urbano o “rabia urbana”, que tiene como reservorio principal el perro, seguido por el gato y otras mascotas como hámster y micos; y el ciclo silvestre, o “rabia silvestre”, dentro del cual los animales silvestres como zorros, zorrillos, mapache, chacal, lobos y una amplia gama de murciélagos son los mayores reservorios naturales y los principales transmisores de la enfermedad a la mayoría de los mamíferos.
En Colombia las principales fuentes de infección en el ciclo urbano son los perros y los gatos, siendo el ciclo de transmisión perro-perro el principal. En cambio, en el ciclo silvestre el murciélago hematófago actúa como el agente principal de transmisión.
Las rutas de infección son principalmente la saliva infectada de un hospedero, siendo la modalidad más común la mordedura, seguido de lamedura, rasguños o contacto con piel que presenta heridas recientes. Sin embargo, se ha documentado la transmisión mediante otras rutas como la contaminación de membranas mucosa por contacto directo (ojos, nariz, boca), partículas aerotransportadoras, ingestión de tejidos infectados o secreciones y trasplantes órganos y de corneas.
Una vez dentro del organismo, el virus logra localizarse en el sistema nervioso central, donde se inicial la replicación viral principalmente en las células de Purkinje, neuronas de asta de Ammon y región hipotalámica, dando lugar a la “rabia clínica”, con la posterior diseminación del virus.