Anfibios
Los anfibios se distinguen de otros vertebrados de cuatro patas por características que incluyen la piel húmeda y sin escamas, la falta de uñas verdaderas, un admirable músculo retractor que les permite usar los ojos para ayudarlos a tragar.
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En general, los anfibios son de talla pequeña (la mayoría no superan los 30 cm), tienen una piel lisa (aunque los sapos de los géneros Rhinella e Incilius, entre otros, tienen una piel áspera o rugosa), muy delicada y rica en glándulas que frecuentemente realiza una función respiratoria por lo que necesita estar siempre húmeda.
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Son organismos ectotérmicos, por lo que no regulan su temperatura corporal, la cual varía con la del ambiente. En general los anfibios viven parte de su vida en el agua y parte en la tierra, aunque existen especies que viven siempre en la tierra, sin ver nunca una superficie de agua más grande que la que se junta en la hoja caída de una palma. Otras, como algunas salamandras, nunca dejan el agua.
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Los anfibios son uno de los grupos animales más amenazados del mundo. Aunque en general la alteración y destrucción de sus hábitats son sus principales amenazas, existen multitud de factores de muy distinta naturaleza que están propiciando la extinción de poblaciones y especies de forma global. Estos factores pueden agruparse en dos grandes grupos según la naturaleza de los agentes implicados.
Los factores abióticos producen cambios ambientales a dos escalas muy diferentes. A escala planetaria el calentamiento global, el incremento de radiación ultravioleta, la desertización o la lluvia ácida alteran los ciclos de vida de los anfibios impidiendo su reproducción, destruyendo sus puestas y contaminando su medio. Por otro lado, a escala local la acción directa del hombre altera y destruye los lugares de reproducción de anfibios y sus hábitats terrestres, condenándolos a sobrevivir únicamente en áreas protegidas tales como Parques Nacionales.
En el mundo existen alrededor de 5,948 especies de anfibios, distribuidas en todos los ambientes terrestres y de agua dulce, pero ausentes en los hábitats más fríos o secos del planeta. En América ocurren 241 especies en la región Neártica y 2,465 especies en el Neotrópico; siendo esta última región la más rica y diversas del mundo. Entre ambas regiones se encuentra la anfibio fauna mesoamericana que consta de aproximadamente 598 taxónes, repartidos en 63 géneros, 15 familias y 3 órdenes.
Las fincas se constituyen en importantes hábitats para las diferentes especies de anfibios. Es por esto que dentro de las propiedades rurales se debe promover la conservación de este grupo taxonómico, para a su vez garantizar la prestación de los servicios ecosistémicos asociados.