El problema de las altas densidades
La alta densidad en la producción animal puede traer nefastas consecuencias, puede incrementar la incidencia de enfermedades pecuarias, los indicadores en el incumplimiento a las normas de bienestar animal, la emergencia y re-emergencia de enfermedades infecciosas (usualmente resistentes a antibióticos y retrovirales).
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Es un hecho irrefutable, las enfermedades infecciosas transmitidas por los animales han afectado enormemente la economía y la salud pública del planeta entero. Basta recordar los efectos de la reciente pandemia del COVID-19, de la influenza aviar (H5N1), de la influenza A (H1N1), de la encefalopatía espongiforme bovina y de la peste porcina clásica. Por otra parte, el consumo de carne en los países de alta capacidad de consumo está asociado a problemas de salud como enfermedad cardiovascular y cáncer.
Es por esto que el consumo potencial de insectos como parte de una alternativa viable de alimento resulta favorable, pues por tratarse de especies distantes filogenéticamente de los humanos -mucho más que lo establecido entre nosotros y las especies pecuarias tradicional-, se esperaría que los riesgos asociados sean considerablemente menores.
Fuente: van Huis, Arnold, 2013. Potential of Insects as Food and Feed in Assuring Food Security. Annual Review of Entomology 58: 363-383.