En los animales de granja se realizan una serie de procedimientos, muchas veces traumáticos, acuñados como prácticas agropecuarias estandarizadas. En la actividad porcícola son comunes el corte de cola, la inyección de hierro, el corte de colmillos, la perforación de orejas y la castración.
La castración es un procedimiento que en cerdos supone una gran respuesta de estrés en términos de incremento de cortisol a nivel de suero y de vocalizaciones. El método más común de castración en cerdos es a los 2 a 5 días de edad con el uso de anestésicos. Es un procedimiento quirúrgico, pero que, al realizar en un plantel porcícola, no se rige estrictamente por parámetros de esterilización. Los lechones son castrados en el alojamiento donde nacen con el uso de un cuchillo, navaja o escalpelo para cortar el escroto, membranas subyacentes y el cordón espermático una vez los testículos son halados. Claramente, todos estos tejidos tienen inervación suficiente para generar dolor en el animal.
Los cerdos son castrados por una razón principal, para reducir el almizcle en la carne, y una secundaria, reducir la agresión entre cerdos. El almizcle es producido por una feromona usada durante el cortejo reproductivo. Los machos producen esta feromona la saliva, la orina y el tejido adiposo. Esta feromona es la 5-α-androsten-16-en-3-one, cuyo olor se exacerba cuando se calienta (o cuando el cerdo es cocinado). Las hormonas esteroides causan la síntesis de la androstenona y del escatol presente en las excretas, que combinados causan el mal olor o almizcle de la carne del cerdo. Los niveles de la androstenona y del escatol se reducen significativamente (hasta un 95%) en cerdos que han sido castrados.
A la hora de evaluar la sostenibilidad y el bienestar animal de la castración es preciso comparar la castración física (el método más común implementado) con otras alternativas de castración. Las siguientes son las alternativas a la castración física tradicional.
Comercialización a una edad más temprana. En el Reino Unido, la carne de cerdo es comercializada a una edad más temprana que en Estados Unidos. Se sabe que los machos enteros tienen una conversión alimenticia más eficiente, lo cual disminuiría los costos de producción y el impacto ambiental que la producción genera. La idea es que los cerdos sean sacrificados antes de que lleguen a la pubertad, de tal forma que no liberarían el indeseable almizcle. El problema acá es que la llegada de la pubertad es variable entre individuos y razas porcinas. Otra dificultad para implementar esta alternativa es el procesamiento de las carcasas de los animales, ya que en costos es muy similar procesar un cuerpo de 100 kg al de uno de 50 kg. Se sabe además, que las carcasas de más de 80 kg liberan almizcle, pero las de 65 kg disminuyen este efecto. El problema acá es que en la mayoría de países el mercado porcícola está caracterizado por un producto final de más de 80 kg de peso.
Selección genética. Tanto científicos como productores han buscado seleccionar razas que liberen menos almizcle. Esto, en efecto, se puede lograr por selección genética; sin embargo, las líneas genéticas que liberan poco almizcle no están disponibles en la mayoría de países.
Castración física con analgesia. Un cerdo puede ser castrado sin dolor con el uso de anestésicos. De esta forma, la remoción física de las gónadas se justificaría desde un punto de vista ético y de bienestar animal. Sin embargo, las consecuencias y limitaciones negativas de esta opción supone: 1) los anestésicos tienen un alto costo; 2) no existen medicamentos totalmente eficaces para anular la presencia del dolor; 3) existen riesgos de lesiones y mortalidad en los animales que impactarían el resultado económico de la explotación; y 4) algunos consumidores pueden tener aversión a medicamentos administrados en animales. La castración con analgesia supone dos fases: durante y después del procedimiento. La administración de lidocaína (un anestésico) interescrotal e intratesticular antes de la castración elimina los comportamientos causados por el dolor durante la castración. Sin embargo, la curación toma varios días y el anestésico pierde su efecto entre 30 a 60 minutos. De tal forma que el dolor en el postoperatorio no es cubierto por el efecto del anestésico utilizado durante la castración ni por anestésicos tópicos que se puedan aplicar localmente.
Castración inmunológica. Desde hace más de una década, en el mercado de un buen número de países se consiguen productos para castrar inmunológicamente a los cerdos. La inmunización vincula la GnRH (hormona reproductiva) y temporalmente reduce los niveles de esteroides en sangre. Consecuentemente, el almizcle es eliminado en machos castrados inmunológicamente. Los costos y la percepción de los consumidores por este tipo de productos parecen ser limitantes que por el momento están por resolver.
McGlone, J.J. The Future of Pork Production in the World: Towards Sustainable, Welfare-Positive Systems. Animals 2013, 3, 401-415. https://doi.org/10.3390/ani3020401