El complejo manejo de gatos ferales
Los gatos coexisten en las comunidades humanas en una espectro que oscila entre la responsabilidad humana y el control antrópico hacia sus movimientos, patrón alimenticio y reproducción. Los gatos que viven de forma independiente de la provisión y el manejo conductual que ejercen los humanos, son usualmente llamados ferales (aunque este término puede hacer referencia a gatos sin dueño).
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En Australia, se han incorporado términos como gatos de compañía, gatos callejeros y gatos ferales para designar a estos últimos como animales plaga y, consecuentemente, implementar planes de manejo y control a estas poblaciones. En este país, donde se ha estimado que la población de gatos ferales oscila entre 2.1 a 6.3 millones de animales, los impactos ecológicos de los gatos están volviéndose un asunto de estado. Se ha llegado a calcular que los gatos ferales en Australia son la principal causa de al menos 27 extinciones de mamíferos, reptiles y aves.
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A pesar de que la especie es una de las mascotas más populares y apreciadas a nivel mundial, en Australia existe un elevado apoyo público a los programas de manejo y control de gatos ferales (incluyendo la eutanasia). Sin embargo, en países como Estados Unidos existe un controversia pública en relación con el manejo de poblaciones de gatos ferales, en particular en áreas urbanas donde la «comunidad felina» es muy apreciada. En Europa y Suramérica, la imagen que proyectan a la comunidad humana las poblaciones de gatos no son tan diferenciadas como sucede en el caso australiano, luego no están sujetas de tanto aspecto regulatorios.
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El tema es que el enfoque que se le ha dado tradicionalmente al vínculo humano-gato no se aplica a las poblaciones de gatos ferales. Aún así, las investigaciones que se han hecho alrededor del manejo de poblaciones ferales deben enmarcarse de forma holística bajo el concepto «ecología de animal de compañía». Conceptualmente, y en la práctica, es difícil diferenciar las poblaciones de gatos ferales de aquellos que tienen tenedor responsable de forma permanente o temporal. De hecho, los gatos – como individuos- pueden variar durante su vida en estas categorías establecidas.
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A pesar de estas diferencias conceptuales, aquellas personas y/o comunidades humanas que le den un valor a los gatos como individuos pueden estar interesados en el bienestar animal de los gatos ferales de la misma manera que lo están hacia los gatos-mascota. Incluso en Australia, se han hecho investigaciones que han indicado alguna resistencia a un manejo riguroso de los gatos con propietarios (por ejemplo, no permitirles salir a exteriores) y cierta ambigüedad en relación con la implementación de herramientas para el control letal.
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La presencia de gatos callejeros (que tienen propietario, pero salen usualmente a exteriores) puede limitar opciones en el manejo de los gatos ferales, debido a la incertidumbre respecto a si el animal tiene propietario o no, o al riesgo de introducción de patógenos o cebos tóxicos que puedan llegar a afectar gatos con propietario.
