Agroecología en la finca de hoy
Con el modelo agroecológico se pretende difundir un manejo agronómico en la producción agrícola y pecuaria, que fomente diversificación, uso de abonos verdes, rotación de cultivos, asociación de plantas, cobertura vegetal del suelo, producción y uso de abonos orgánicos, producción y uso de bioplaguicidas, uso de barreras vivas, preservación de árboles y bosques nativos del agua y suelo, especies animales y vegetales nativas.
Y no se trata de desplazar el modelo agropecuario de producción intensivo-empresarial, sino de hacerlo más amigable con el ambiente rural; evitando el uso intensivo de insumos químicos, masiva tala y deforestación; preservando a las abejas nativas y melíferas por sus efectos polinizadores y en la generación de alimentos para la humanidad y los animales. En otras palabras, articulando ambos modelos y protegiendo la naturaleza.
Este modelo de producción es accesible al pequeño productor rural y su familia, pues fomenta la ocupación territorial y el arraigo rural, particularmente de los jóvenes; además de dignificar el trabajo de la familia rural. Se preservan los ecosistemas y agroecosistemas a partir del cuidado de la vegetación nativa y especies silvestres que se integran a la producción con fines de autosustento y comercialización de excedentes. Aquí hay que recordar que la demanda por productos naturales, ecológicos u orgánicos (que deben contar con una certificación) aumenta no solo en el país, sino en casi todo el mundo. Aparte, se promueve la incorporación de la pequeña agricultura en las cadenas de intercambio y comercialización, lo que incluye las ferias de productos. La agroecología ayuda a la soberanía alimentaria, promoviendo cambios sostenibles en la producción e industrialización de alimentos; asegurando una alimentación sana y suficiente de toda la población del país y exportando excedentes de acuerdo a las normativas de las buenas prácticas agrícolas. Con este enfoque, se logra disminuir la emisión de los gases de efecto invernadero, fomentar el consumo local de productos frescos, mitigándose los efectos del cambio climático.
Las prácticas de producción agroecológica se sustentan en cuatro principios: manejo ecológico del suelo, diversidad de las especies vivas (biodiversidad), control natural de plagas y enfermedades, y producción animal ecológica. Estos principios son dinámicos y su aplicación marca la diferencia con otros modelos productivos. Su uso, además, se enmarca dentro de las buenas prácticas agrícolas y son un paso hacia la certificación de producción orgánica de alimentos.
El grave error del hombre es considerarse dueño de la naturaleza, cuando, en realidad, es parte dependiente de la misma. Hay que comprender que todas nuestras acciones afectan la vida de plantas y animales y, a la vez, nos afectan positiva o negativamente. Es loable el desarrollo económico, pero este debe acompañarse del desarrollo social y ambiental, y del sostenible que apunta a elevar la calidad de vida del hombre en armonía con la naturaleza.
Felicitaciones, excelente artículo, muy bueno para que gobiernos municipales optarán por una política pública para favorecer agricultura familiar