Alimentación de peces

Los peces se caracterizan por ser muy eficientes en su tasa de conversión alimenticia, llegando a superar en un 50% las tasas de otras especies; es quizás por esta razón que la piscicultura  se considera una de las actividades productivas que, bajo una acertada asesoría, pueden arrojar los mejores índices de productividad. En efecto, la relación  proteína/energía para el caso particular de los peces es de 81 a 117 mg/Kcal, la cual es sustancialmente más alta que la de mamíferos o aves, debido al bajo requerimiento energético que exhiben los peces para su mantenimiento.

Como bien es sabido, la alimentación es un componente importante dentro de la medicina preventiva, es por esto que una acertada formulación de la dieta es fundamental para garantizar su adecuado desarrollo. Para el caso particular de nutrición de peces, es importante tener en cuenta que una inadecuada proporción de proteína en la dieta puede causar depósitos de grasa, peso corporal excesivo y generar incluso lipidosis hepática. En relación con el metabolismo de las grasas, los peces se caracterizan por requerir ácidos grasos polinsaturados. Es importante tener en cuenta además que éstos, a diferencia de muchas otras especies, usan la proteína y los ácidos grasos como fuente de energía y por lo general no incorporan los carbohidratos dentro de su dieta.

Si bien muchas especies de peces no son muy exigentes en cuanto a la calidad de dieta que se les ofrece, existen algunas diferencias dietarias entre especies de peces, por ejemplo, los peces carnívoros como los salmónidos requieren una ración de proteína en la dieta más alta que especies omnívoras y herbívoras. Es así como, un concentrado para truchas no debe ser utilizado para alimentar kois o bailarinas.

La tasa de consumo de alimento diario de un pez oscila entre el 1% y 6% de su peso corporal, relación que puede fluctuar dependiendo de la calidad de alimento, temperatura del agua y actividad metabólica (crecimiento y reproducción). La frecuencia de alimentación depende de la especie de pez, aunque las especies pequeñas pueden ser alimentadas con relativa frecuencia diaria. Sin embargo, tanto la frecuencia de alimentación como el tamaño de la ración pueden irse modificando de acuerdo al crecimiento de los peces. Por lo anterior es importante realizar pesajes periódicos de algunos peces escogidos al azar.

En términos prácticos, para disminuir la probabilidad de presentación de problemas nutricionales en peces, es importante asegurarse de que todos los peces están consumiendo alimento y que la calidad del mismo es la adecuada. Es por esto que sugerimos no suministrar alimentos que lleven almacenados más de 6 meses. Adicionalmente, el número de alevinos a introducir en los pozos productores deben estar determinados por el volumen de los mismos, de esta forma se aumenta la probabilidad de que se logre un consumo equilibrado de alimento por parte de los peces y se garantiza que los lotes de producción sean homogéneos.

Una sugerencia a tener en cuenta, cuando se está al frente de un proyecto piscícola, es que a corto plazo una baja ración es menos lesiva que una ración excesiva, debido a que en el último caso la calidad de agua se ve bastante afectada, lo cual puede redundar en altas tasas de morbilidad y mortalidad. Es por esta razón que se debe contar con la asesoría técnica especializada que permita optimizar recursos y disminuir pérdidas.

Por último, y a manera de referencia, incluimos en la siguiente tabla algunos desórdenes alimenticios de presentación medianamente recurrente en explotaciones piscícolas:

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