Anemia Infecciosa Equina
La Anemia Infecciosa Equina (AIE) es una enfermedad viral de distribución mundial, transmitida por vía parenteral por intermedio de insectos picadores hematófagos como tábanos y dípteros del género Anopheles sp., o como consecuencia de malas prácticas por transfusiones sanguíneas o aplicación de medicamentos al no usar material desechable. La enfermedad también se puede transmitir vía intrauterina. Esta enfermedad es de reporte obligatorio, de acuerdo a lo establecido por el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA).
La AIE afecta a todos los équidos, es decir mulas, asnos y caballos. La AIE presenta alta prevalencia en áreas pantanosas y en fincas enmontadas que favorecen la presencia de los transmisores naturales. Si bien es una enfermedad usualmente asintomática, se han descrito las siguientes formas de presentación:
- Forma sobreaguda o septicémica: En animales jóvenes produce muerte en 24 a 72 horas sin síntomas.
- Forma aguda: Se caracteriza por fiebre, ritmo cardíaco y respiratorio acelerados, sudoración, sed, depresión y debilidad progresiva. En la fase terminal pueden aparecer tumefacciones edematosas. También puede cursar con diarrea hemorrágica, epistaxis y petequias nasales y sublinguales.
- Forma subaguda: Presenta accesos febril durante 5 a 8 días en los que aparecen arritmias de bloqueo y extrasístoles. Puede evolucionar a forma crónica o a la muerte del animal.
- Forma crónica: Accesos febriles intermitentes de corta duración.
- Forma inaparente: Asintomática, pero puede haber una recaída por cualquier factor estresante o enfermedad recurrente.
La AIE causa grandes pérdidas económicas en las fincas productoras y criadores de caballos, mulas y asnos, lo anterior sucede básicamente por el desmejoramiento de la condición de los animales que repercuten en un detrimento en el valor comercial y, eventualmente, en la muerte. Por lo general, el animal infectado se convierte en portador diseminador permanente del virus.
La AIE no tiene tratamiento ni vacunación, por lo que todas las acciones encaminadas deben estar enfocadas en prevenir los factores predisponentes. Es así, como todo buen finkero debe evitar la entrada y permanencia de animales infectados en su plantel y realizar chequeos serológicos periódicamente. Para este fin es importante procurar que nuestros equinos no estén vagando de finca en finca. También deben seguirse las normas de limpieza y de esterilización de los equipos y otros materiales de uso común, para evitar la fuente de transmisión. Una recomendación es que en caso de llevar un equino a nuestras fincas, bien sea por que lo adquirimos comercialmente, o porque estamos vendiendo o comprando saltos, debemos exigir que el animal ingrese con la certeza de que salió negativo en la prueba de Coggins. En caso de que un animal sospechoso salga negativo de la prueba de Coggins, se sugiere repetirla a los 15 días para evitar mayores inconvenientes.
En Colombia, la prueba de Coggins realizada en los laboratorios autorizados por el ICA, aparte de dar el resultado, permite la movilización de los animales. Las pruebas realizadas en laboratorios particulares nos sirven únicamente como herramienta de monitoreo de la AIE dentro de nuestras fincas. A los potros de madres infectadas se les debe realizar la prueba después de los seis meses de edad.
En caso de que se confirme un animal positivo debemos sacrificarlo mediante métodos que garanticen el bienestar animal. Importante tener claro que como buenos finkeros tenemos que entender que debe primar la salud de la población equina sobre la salud de un individuo.
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