Avistamiento de aves en el Quindío
A pesar de ser uno de los departamentos más pequeños del país, en el Quindío se han registrado 543 especies de aves, 28 de las cuales son endémicas y 34 se encuentran amenazadas. Es por esta riqueza de avifauna que en el departamento del Quindío se localizan 4 AICAs (Área de Interés para la Conservación de Aves): AICA Cañón del Río Barbas y Bremen (329 especies de aves registradas), AICA La Patasola (187 especies de aves registradas, 3 especies y 8 amenazadas de extinción), AICA Cuenca Alta del río Quindío (170 especies de aves registradas) y AICA de Génova (159 especies de aves registradas, 2 especies endémicas y 10 amenazadas de extinción).
En el municipio de Salento, el cañon alto de río Quindío es hábitat de especies endémicas, casi endémicas y ejemplares que cautivan por sus colores, cantos y comportamiento. En inmediaciones al Valle de Cócora, cerca al cañon, se hacen caminatas para observar aves como el pato de torrentes (Merganetta armata). Por esta misma ruta, subiendo a caballo, en la reserva Acaime, habitan aves como el saltador chusquero (Saltator cinctus), el perico paramuno (Leptosittaca branickii) y el pollo de monte (Sericossypha albacristata). Otras aves especiales se observan en la senda de las reservas naturales Estrella de Agua, La Montaña y La Picota, considerado uno de los mejores corredores para la observación de aves en el departamento. El tapaculo ocelado (Acropternis orthonyx), el arrendajo montañero (Cacicus chrysonotus), el terlaque andino (Andigena hypoglauca) o el tororoi chusquero (Grallaria nuchalis), son aves de gran atracción para ornitólogos y entusiastas por la naturaleza.
Por su parte en el municipio de Filandia, la reserva natural Bremen, entre Filandia y Circasia, es un escenario estratégico para admirar aves, en plan de avistamiento recreativo o de observación científica. De las diversas especies que allí habitan, entre endémicas, casi endémicas, se destacan el solitario andino, el barranquero coronado (Momotus subrufescens), el tucancito culirrojo (Aulacorhynchis haematopygus), el carriquí de montaña (Cyanocorax yncas) y el trogón collarejo (Trogon collaris).
Gracias a esta biodiversidad, alquilar una finca y observar aves en el Quindío es una excelente alternativa turística para disfrutar con la familia y los amigos.
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Fuente: Casa Delegada del Quindío en Bogotá
Foto: Ulises Muñoz