Café de sombra
El café es uno de los cultivos más importantes para los pequeños y medianos agricultores en Brasil, Colombia y gran parte de América Central, además es un importante generador de empleo en el sector rural de estas regiones. A raíz de la caída de los precios internacionales a finales de los 80s y comienzos de los 90s, se repensó esta actividad en términos de productividad, tendencias de mercado y sostenibilidad ambiental. Es por esta razón que se ha difundido la promoción del café de sombra dentro de las explotaciones cafeteras.
El café de sombra es aquel que se cultiva intercalado con árboles y arbustos nativos, los cuales les proveen sombra a las matas de café. Un estrato de árboles generalmente proporciona sombra al cultivo de café, pero algunas veces el café es plantado en un sistema de multiestratos, creando un ecosistema complejo con un gran número de especies de plantas que juegan diferentes papeles. Estos estratos de árboles y arbustos proporcionan sombra, madera, leña y frutas para la venta o el consumo familiar. Los sistemas con café han sido estudiados y caracterizados en muchos países, donde se han encontrado muchas combinaciones de café con árboles de sombra. Cada uno de ellos se encuentra en diferentes condiciones agroecológicas y bajo diferentes prácticas de manejo. En términos generales, este sistema se caracteriza por proveer efectos favorables para el cultivo en términos de composición y tipo de sombra, niveles de insumo y de variedades sobre el crecimiento, rendimiento y calidad, dinámica de plagas y ciclos de nutrientes y materia orgánica.
Este mosaico agroforestal garantiza además una mayor biodiversidad tanto dentro de los cafetales como en las regiones agrícolas adyacentes, constituyéndose así en hábitat para fauna silvestre. Precisamente, los cultivos de café de sombra proveen hábitat para diferentes especies de aves migratorias y estacionales. Adicionalmente, la composición biológica presente en los cafetales de sombra favorece una mayor riqueza de murciélagos, los cuales contribuyen con la productividad del cultivo gracias a su efecto polinizador y de control de plagas. Al ser hábitat de fauna y flora silvestre, ayudan a mantener la biodiversidad y a preservar el germoplasma. Son además sitios de belleza paisajística, y espacios para la diversión, recreación y el esparcimiento, con gran potencial para desarrollar proyectos de agro y ecoturismo.
El sistema garantiza el desarrollo de diferentes estratos arbóreos, lo cual, a través de la acumulación de biomasa, producción de leña, madera y hojas, favorece interacciones ecológicas, disminuye la erosión del suelo, garantiza mayor disponibilidad de nutrientes, promueve la captura de carbono, se constituye en una importante fuente productora de oxígeno y regula el régimen hidrológico y térmico.
Este tipo de cultivos pueden considerarse sostenibles en términos ambientales, sociales y económicos. En efecto, gracias en parte a los servicios ecosistémicos que prestan, el café de sombra tiene una amplia aceptación dentro de los crecientes mercados verdes a nivel mundial, caracterizados por usuarios dispuestos a pagar un poco más por un producto de calidad cuya producción no comprometa los ecosistemas naturales.
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