Estrés calórico en cerdos
La exposición de cerdos y cerdas a altas temperaturas ambientales puede resultar en una reducción de su eficiencia reproductiva y una consecuente baja en la productividad de la explotación. Bajo condiciones de estrés calórico, esta especie incrementa su frecuencia respiratoria para lograr una compensación fisiológica, ya que los cerdos tienen una sudoración mínima. Durante las etapas iniciales de preñez, las cerdas son especialmente susceptibles al estrés calórico, lo cual se puede traducir en bajas tasas de concepción y reducción en los tamaños de camadas. De igual forma, bajo estas condiciones ambientales, se ha observado la reducción de progesterona circulante durante los días 13 y 19 de preñez y efecto luteínico hasta el día 25 de preñez. Se sabe además que el estrés calórico puede causar reducción en el tejido embrionario y efectos deletéreos sobre el sistema reproductivo endocrino (especialmente sobre la función luteal), por lo que se pueden producir pérdidas embrionarias. Por lo anterior, se ha sugerido que el estrés calórico es particularmente nocivo en las primeras etapas de gestación de la cerda. Por otro lado, los cerdos reproductores, ante condiciones de altas temperaturas ambientales, reducen tanto la calidad de su esperma como la cantidad del eyaculado. Es necesario un periodo de recuperación de al menos 5 semanas para un cerdo reproductor expuesto a altas temperaturas ambientales. A nivel fisiológico se sabe que estas condiciones tienen un efecto inhibitorio sobre la maduración de los espermatozoides y la biosíntesis androgénica a nivel testicular.
Por lo expuesto anteriormente, las instalaciones de las fincas porcícolas deben ser lo más ventiladas posible y, en fincas ubicadas en climas cálidos, se debe contar con aspersores de agua que permitan la disminución de la temperatura ambiental dentro de las explotaciones porcícolas.
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