Feedlots en Argentina
Argentina históricamente ha sido un importante proveedor de carne y cereales a la economía mundial, hasta el punto de que el país es considerado como una de las grandes despensas agrícolas del planeta. Lo anterior ha sido en parte por el desarrollo de diferentes sistemas productivos y la inclusión, dentro de los mismos, de paquetes tecnológicos que han permitido volver más eficientes los procesos y han generado mayor productividad dentro del sector. Como consecuencia de lo anterior, y aunado también a un incremento en los precios de algunos cereales (en particular del de la soya), el engorde de ganado en las vastas tierras pampeanas ha virado hacia un modelo intensivo en el que se busca un incremento en la eficiencia productiva mediante el confinamiento del ganado en una determinada fase del engorde y la destinación de mayor superficie para el cultivo de cereales. Esto ha representado una ruptura en la tradición ganadera argentina.
Por feedlot se entiende el engorde de ganado a corral o en confinamiento, en el cual los objetivos finales son maximizar la energía consumida, disminuir el costo por kilogramo de alimento ofrecido y optimizar el área utilizada. Este sistema de producción ha venido siendo desarrollado en Argentina desde hace más de 25 años, siguiendo el modelo diseñado e implementado con relativo éxito en Estados Unidos de América y Europa. Los feedlots se han difundido dentro de los ganaderos argentinos hasta tal punto, que en la actualidad, cerca del 40% del ganado argentino, es decir más de 12 millones de cabezas de ganado, son engordados bajo este sistema de confinamiento. Y esta tendencia sigue creciendo.
En los feedlots de Argentina, la usanza es engordar animales en potrero hasta los 320 kg y posteriormente llevarlos al feedlot para terminar la ceba, lo cual tarda alrededor de 4 meses. Configurándose entonces un sistema mixto de producción que difiere con el feedlot tradicional implementado en países industrializados; de tal forma que, bajo el esquema de feedlot argentino, las etapas iniciales de engorde (levante y preceba) son bajo el sistema tradicional de pastoreo, y la terminación bajo confinamiento.
Obviamente, como suceden cuando se evalúan diferentes sistemas productivos en el agro, existen detractores de este sistema de producción que consideran más ventajosa la suplementación en potreros ya que los feedlots resultan más costosos en términos de instalaciones, maquinaria y recurso humano. Precisamente, la inversión inicial de un feedlot es bastante alta, se estima entre US$ 30 a 150/cabeza de ganado, por lo que la rentabilidad dependería en gran parte del retorno de la inversión.
Adicionalmente, existen razones gastronómicas, por así llamarlas, que sostienen que si bien la carne proveniente de feedlots es más suave y exhibe un color rojo más intenso, la textura y el sabor de ésta cambian; por lo que expertos en asados argentinos prefieren carne proveniente de sistemas tradicionales de engorde. Ésto, claramente, tiene un impacto en la legendaria tradición cárnica argentina.
Es importante anotar que el éxito de un feedlot depende de las condiciones de cada finca, la eficiencia de conversión del alimento, la edad del animal, la raza, el sexo y la condición corporal previa al encierro, en fin una serie de variables a considerar. Por ejemplo, entre más edad tenga un animal se infiere que va a tener un mayor peso lo cual hace que el consumo de materia seca sea y resulte en mejores ganancias para el ganadero. De igual forma, se sabe que novillas o vaquillonas son menos eficientes que los machos en la tasa de ganancia de peso. Existen también razones documentadas que sugieren mayor rentabilidad al ingresar novillos con bajo peso a los feedlots y obtener un engorde compensatorio. Otros factores como la distancia de la finca a los centros de consumo y el costo de transporte son relevantes en el momento de la toma de decisiones previo al desarrollo de un proyecto con estas características. Claro es entonces que del manejo y la favorabilidad de éstas y muchas otras variables va a depender la rentabilidad del feedlot.
Es determinante que la explotación cuente con una acertada asesoría veterinaria, especialmente en aspectos de nutrición y medicina preventiva. Por ejemplo, en los feedlots es preciso que la ración ofrecida garantice una adecuada rumia e insalivación para de esta forma disminuir la presentación de acidosis. Esto se logra ofreciendo grano procesado y forraje en la ración, y claro está, manejando costos dentro del proceso.
Ventajas comparativas, que se traducen en una mayor rentabilidad del sistema, como menor riesgo e impacto climático, homogeneidad en los lotes que van al sacrificio, mejor programación en la ventas y mayor eficiencia en la utilización y administración de recursos, son consideradas dentro de los diferentes factores favorables que ofrece un feedlot. Aún más, sumado a razones de rentabilidad ya expuestas, este esquema de producción ofrece mayores ventajas desde el punto de vista ambiental, ya que aquella área que tradicionalmente se destinaba para el libre pastoreo de ganado, actualmente se utiliza para el cultivo de cereales lo cual eventualmente podría disminuir el deterioro del suelo y favorecer la captura de carbono.
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