Fincas cafeteras en Colombia
Desde el siglo XVIII el café llegó a Colombia para quedarse. Luego de 1.835, cuando se produjo la primera producción comercial de café en el país, este cultivo se extendió por varios departamentos; es así como en diferentes regiones de Antioquia, Caldas, Cundinamarca, Huila, Nariño, Norte de Santander, Quindío, Risaralda, Tolima y Valle del Cauca se establecieron imponentes haciendas y grandes cultivos de café, que particularmente en el siglo XX hicieron el café de Colombia famoso a nivel mundial.
Esta actividad productiva a parte de generar empleo (para 1.999 fue responsable del 35% de la fuerza de trabajo agrícola en el país), y de representar un importante rubro dentro de las exportaciones del país, generó una cultura alrededor de esta agroindustria, especialmente en la región conocida como el Eje Cafetero (Caldas, Quindío y Risaralda).
Para el siglo XXI y a raíz de la crisis interna del sector y de los bajos precios internacionales, los productores y propietarios de las fincas cafeteras comenzaron a diversificar su actividad productiva. De ahí que se hayan desarrollado en gran parte de las regiones cafeteras del país cultivos de cítricos y frutales y el establecimiento de cultivos de café de sombra (de alta demanda dentro de los mercados verdes a nivel mundial). Adicionalmente, y gracias a la belleza de la arquitectura republicana (caracterizada por columnas clásicas o jónicas, colores llamativos y hermosos corredores), los entornos bucólicos y los paisajes maravillosos propios de las fincas cafeteras, se desarrolló una importante industria turística.
Alquilar una finca cafetera para disfrutar de la cultura, la gastronomía, las actividades al aíre libre y los paisajes de la región, es una excelente alternativa de vacaciones en compañía de toda la familia. Por estas razones, el Eje Cafetero en la actualidad se constituye como el tercer destino turístico nacional de Colombia y las fincas cafeteras son el centro de este desarrollo regional.
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