¿Por qué son importantes las abejas?
Las abejas son producto de millones de años de evolución, y son responsables de polinizar no sólo los cultivos artificiales sino toda la flora planetaria, de la cual dependen los animales y por supuesto la humanidad.
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Forman parte del equilibrio biológico que hace posible la vida en la Tierra, incluyendo el aire que respiramos al polinizar los bosques. Son seres vivientes que generan su propia energía. Las abejas existen en nuestro planeta desde hace 80 millones de años. Su estilo de vida ha conllevado el que necesiten del néctar y del polen de las flores para su subsistencia, con lo que en su diario ajetreo van transportando este último de unas plantas a otras.
De esta manera, no sólo se logra la fecundación de las plantas (reciben los granos de polen de otras flores, aportados por las abejas en sus numerosos vuelos), sino que con ello se consigue una diversificación de las características de cada vegetal, algo que resultaría imposible sin la inestimable ayuda de estos insectos.
El trabajo polinizador de las abejas es básico para el desarrollo de todos los árboles y plantas que dependen, para su desarrollo habitual, de la fecundación por medio del polen que les aportan las abejas diariamente, por lo que, sin la labor de estos insectos, perderíamos la posibilidad de alimentarnos. Concretamente, el 80% de las plantas con flores depende de la labor polinizadora de las abejas.
Beneficios económicos
El cálculo más reciente del beneficio económico global de la polinización arroja un resultado de unos 265 mil millones de euros correspondientes al precio de las cosechas que dependen de la polinización natural. No se trata de una suma “real”, por supuesto, ya que oculta el hecho de que, si la polinización natural se viese seriamente perjudicada o cesase, podría resultar imposible de sustituir; algo que, en la práctica, hace que su valor tienda al infinito.
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Muchos apicultores están de acuerdo en que la varroasis es un peligro serio para la apicultura en todo el mundo. Es probable que otros patógenos y virus nuevos estén afectando también a las colonias de abejas. La capacidad de estas para resistir enfermedades y parásitos parece estar influida por varios factores, en especial, su estado nutricional y su exposición a sustancias químicas tóxicas. Algunos plaguicidas, por ejemplo, parecen debilitar a las abejas melíferas, que se hacen más sensibles a la infección y los parásitos.