La mamona
Si hay algún plato típico de los llanos orientales que se prepara con cierta regularidad en las fincas ganaderas o se ofrece como una atracción especial para el turista, es la mamona o ternera a la llanera.
Antes que adentrarnos en temas culinarios, es importante definir que en los llanos orientales un ternero mamón o una ternera mamona es aquel o aquella que se encuentra todavía lactando o mamando, es decir que tiene menos de 8 o 9 meses de edad. Por lo general, y por razones motivadas a incrementar el inventario ganadero, los terneros mamones son elegidos para el sacrificio. La razón de preferir este tipo de carne para la preparación de la mamona, obedece a la textura tierna que la caracteriza lo cual la hace muy agradable al paladar.
Con seguridad este suculento plato llanero se originó en las grandes fincas ganaderas, donde después de labores de vaquería, vaqueros, peones y patrones se reunían alrededor de la preparación de una buena mamona para celebrar el fin de la faena.
La preparación es relativamente sencilla, pero es preciso tener en cuenta ciertos aspectos claves que le dan el buen sabor a esta carne. Una vez sacrificado el animal (bajo condiciones que procuren el bienestar animal, claro está), se debe adobar la carne con cerveza, sal y otros condimentos. Paralelamente, se debe tener lista una hoguera con un fuego vivo que garantice una cocción uniforme.
La carne adobada debe ser ensartada en chuzos, preferiblemente de palo fisto, de más o menos 1,80 a 2 m, los cuales se deben disponer alrededor de la hoguera de manera tal que se garantice una cocción homogénea. La carne se acompaña por lo general con yuca y plátano. Como bebida, nuestra sugerencia es una cerveza o un refajo bien fríos. Ahora si a disfrutar, buen provecho camaritas!
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