Laminitis
Si bien es cierto que existen otras causas predisponentes, es por todos sabido que aquellos caballos que consumen una importante cantidad de concentrado, tienen una mayor probabilidad de desarrollar laminitis. La laminitis, o infosura, se define como una necrosis avascular que involucra la lámina propia del casco. Las causas más comunes de laminitis son una sobrecarga de grano, el pastoreo en pastos muy jóvenes o verdes, metritis posparto en yeguas o infecciones sistémicas bacterianas gramnegativas.
La fisiopatología entre la ingesta de carbohidratos fermentables y el daño en la lámina propia del casco no es del todo clara. No obstante, se sabe que, en caballos, el primer efecto de los altos niveles de azúcares y almidones en el tracto gastrointestinal, es una rápida fermentación y el consecuente desarrollo de un ambiente ácido tanto en ciego como en colon. Si bien, la acidosis severa en el tracto gastrointestinal de los caballos, caracterizada por la acumulación de ácido láctico y por la reducción en la concentración de ácidos grasos volátiles, no se presenta de forma uniforme en todos los caballos a los que se les suministra la misma cantidad de concentrado, existe una tendencia que permite asegurar que a mayor ingesta de concentrado mayor incidencia de laminitis. Precisamente, esta variación en el desarrollo de acidosis gastrointestinal producto de altos niveles de concentrado, es similar a la variación en la presentación de laminitis por sobrecarga de carbohidratos.
Generalmente, los caballos con laminitis presentan afectación con mayor frecuencia en los miembros anteriores, lo cual se evidencia en la marcha, la postura y la renuencia a moverse. Al examinar los miembros afectados se puede registrar un aumento en la temperatura de los cascos y alrededor de la banda coronaria, así como un aumento en la frecuencia y amplitud del pulso de los vasos sanguíneos de los miembros afectados.
Es claro que, el primer paso fundamental es establecer la causa de la laminitis antes de instaurar un tratamiento; no obstante, una de las medidas usualmente implementadas para disminuir la presentación de laminitis es racionar el suministro de concentrado a los caballos (esto particularmente en caballos mantenidos en caballerizas). Para este fin, es importante identificar otras fuentes de energía que puedan sustituir parte de los requerimientos aportados por el concentrado. Una de las alternativas viables es la suplementación con ácidos grasos. Conocemos, por ejemplo, de caballos percherones suplementados con glicerol, cuya ración diaria incluye únicamente 1 kg de concentrado.
La acumulación de ácido láctico durante la fermentación puede ser controlada mediante el suministro de aditivos antimicrobiales que actúan contra bacterias gram positivas como Streptococcus bovis y Lactobacillus sp., que son de por sí los directos implicados en la producción de ácido láctico en condiciones caracterizadas por un pH bajo. Numerosos estudios permiten concluir que el suministro de virginiamicina ha arrojado resultados efectivos en el control de la acidosis láctica. La virginiamicina actúa bajo dos mecanismos para controlar la acidosis láctica y la eventual presentación de laminitis. Primero, al reducir la ingesta de concentrado durante los 3 primeros días posteriores a su administración, reduce el volumen de almidón disponible para la fermentación. Segundo, a través de la inhibición específica de microorganismos productores de acidosis láctica, previene la presentación de pH bajos en el tracto gastrointestinal. En otras especies, el efecto del suministro de virginiamicina es muy similar: tanto en bovinos como en ovinos, reduce la ingesta durante las primeras tres semanas de formulación. Como consecuencia, se ha desarrollado una formulación de virginiamicina para caballos. La terapia antibiótica es igualmente recomendada en aquellos casos en los que la causa primaria de la laminitis sea una metritis.
El manejo en casos de sobrealimentación de grano, debe considerar la administración de 3 a 4 litros de parafina o glicerina por medio de una sonda gástrica, de tal forma que se disminuya la consecuente absorción de endotoxinas y se garantice la eliminación del concentrado remanente en el tracto gastrointestinal. Se sugiere además, para evitar la presentación de shock endotoxémico, instaurar una terapia intravenosa de fluidos.
Los inhibidores de la sintetasa de las prostaglandinas (fenilbutazona y flunixin meglumine) se consideran como parte importante dentro del tratamiento y manejo de laminitis aguda. En estos casos se recomienda también un herraje de soporte (tipo barra de corazón) que garantice soporte de la ranilla y la consecuente irrigación del casco. En casos de laminitis crónica se sugiere el recorte correctivo del casco, lo ideal es recortar los talones que estén excesivamente largos para mantener la altura correcta de los mismos.
En este como en otros casos, es fundamental la prevención. Para esto es definitivo, como se ha mencionado a lo largo de este escrito, una apropiada ración de concentrado. Adicionalmente, es importante atacar los otros factores predisponentes. Al respecto, algunos estudios incluso permiten inferir que quizás pueda existir un factor de heredabilidad dentro de la predisposición a sufrir laminitis, luego es de suponer que aquellos caballos con una alta susceptibilidad a la laminitis (a pesar de instaurar medidas correctivas y preventivas) no sean la primera opción dentro de programas de reproducción.
Por último, es determinante recordar que una acertada asistencia veterinaria permitirá instaurar una adecuada prevención, así como un correcto manejo y tratamiento de la laminitis en nuestros caballos.
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