Leptospirosis
La leptospirosis es una enfermedad zoonótica de significancia mundial. La leptospira pertenece al orden Spirochaetales y a la familia Leptospiraceae, comprendiendo más de 180 serovares. Los serovares más frecuentemente aislado en animales son australis, autumnalis, ballum, canicola, grippotyphosa, hebdomadis, icterohaemorrahagiae, pomona, bataviae y sejroe.
La infección con Leptospira interrogans produce enfermedad clínica en roedores, animales domésticos y humanos. Produce signos clínicos que incluyen anemia hemolítica con subsecuente hemoglobinuria. En caballos con leptospirosis es común observar uveítis. La leptospirosis puede llegar a generar grandes pérdidas en fincas de producción debido a que es causante de abortos e infertilidad tanto en machos como en hembras.
La fauna silvestre y los roedores son los más comunes reservorios naturales de la leptospira. Las leptospiras está presente en los túbulos renales de mamíferos portadores que son excretadas en la orina durante muchos meses e incluso años. Los reservorios naturales por lo general no presentan signos de la enfermedad o los presentan en un gran muy leve; de hecho, en estos casos, las lesiones están limitadas a nefritis intersticial en infecciones naturales.
La transmisión entre animales se da por contacto directo con órganos reproductivos (placenta), por mordidas o por ingestión de alimentos contaminados. La probabilidad de que se dé la exposición indirecta depende de las condiciones medioambientales. Las leptospiras ingresan a través de las membranas mucosas o por lesiones en la piel. Una vez se de la penetración epitelial se produce la diseminación hematógena, que se continúa en proliferación en los órganos parenquimatosos (hígado, riñón, bazo) y meninges. Como se mencionó anteriormente, las leptospiras persisten además en túbulos renales, ojos y útero, gracias a la baja actividad inmunológica en éstos tejidos.
Existe una serie de medidas que se deben tomar en nuestras fincas para disminuir la presentación de esta enfermedad, las cuales se pueden resumir en control de roedores, implementación de un plan vacunal contra leptospirosis y diagnóstico a través de pruebas de laboratorio clínico animales con sintomatología compatible. Es importante anotar que, en planteles donde previamente se hayan identificado brotes de leptospirosis y donde existan animales sin cobertura vacunal, se sugiere que antes de iniciar programas reproductivos se soliciten pruebas de laboratorio clínico y se inicie la vacunación de todos los animales susceptibles. Adicionalmente, se sugiere retirar de programas de reproducción aquellos animales que hayan resultado positivos a la enfermedad. Incluso es prudente castrar machos que hayan presentado la enfermedad.
Por último, teniendo en cuenta que la leptospirosis es una enfermedad zoonótica, no sobra recomendar que el manejo de animales positivos debe ser realizado con el equipo adecuado para evitar cualquier contacto con mucosas o excretas de éstos. La leptospirosis es una enfermedad que en el hombre produce similares síntomas y consecuencias que las observadas en animales.
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