Los bigotes de los animales
Casi todos los mamíferos tienen bigotes, los cuales son pelos táctiles y sensoriales, también conocidos como vibrisas. Pocas especies de mamíferos, incluyendo a los humanos, carecen de estas estructuras en su cuerpo.
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El estudio de la naturaleza de los bigotes se ha enfocado en documentar su presencia y posición en diferentes especies. Los investigadores han hallado prominentes bigotes principalmente en el labio superior e inferior, las mejillas, las cejas y las piernas traseras de los mamíferos. Sin embargo, los bigotes largos y móviles de las mejillas (conocidos científicamente como macrovibrisas mistaciales) son los que mayor interés han denotado para la ciencia.
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Estudios de anatomía comparada en la disposición de los bigotes, folículos y arquitectura neural asociada fueron muy frecuentes en los años 60 y 70. A partir de esta última década, las investigaciones realizadas por neurocientíficos se centraron en los bigotes de las ratas de laboratorio (Rattus norvegicus) y de ratones (Mus musculus), para dilucidar procesos sensoriales y de control motor. Otras especies también han sido evaluadas en este aspecto, como lo son pinípedos, marsupiales y sirénidos. Sin embargo, en estas especies se ha hecho este tipo de investigación para garantizar bienestar y comportamiento natural en cautiverio.
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La razón por la que el estudio de los bigotes se ha enfocado en tan pocas especies obedece a que los cuestionamientos relacionados con evolución y función son difíciles de responder por la ciencia. Aún más, poco se sabe de la ecología sensorial y el comportamiento de algunas especies elusivas.
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¿Pero qué son los bigotes de los mamíferos?
Los bigotes son estructuras estilizadas tipo bastón que, como el pelo, están compuestas de queratina. Tienen una capa que involucra la cutícula, médula y la corteza del bigote. Por lo general, los bigotes son más largo y gruesos que el pelo y sus folículos son más grandes y más inervados. La mayoría de los bigotes tienen forma cilíndrica -a excepción de focas (Phocidae) y leones marinos (Otariidae) en los que es oval- , mientras que el pelo de la mayoría de mamíferos tiende a ser oval.
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La superficie de los bigotes es relativamente suave, si bien la de los bigotes de las focas tienen perfiles ondulados como una posible adaptación al agua. Los bigotes tienden a ser cónicos, por lo que la parte terminal es la más flexible de toda la estructura que los compone. Aún así, la flexibilidad es una característica típica de los bigotes en toda su extensión. De igual forma son intrínsecamente curvados y presentan una variación linear de curvatura de la base a la punta en la mayoría de las especies.
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Los bigotes se curvan al contacto con una superficie. Este curvamiento está mediados por mecanoreceptores entre los folículos que traducen las fuerzas y los momentos en señales neurales. Los mamíferos acuáticos, como los pinípedos, tienen diez veces más terminaciones nerviosas alrededor de los folículos de las vibrisas que los mamíferos terrestres. Los nervios superficiales y profundos de las vibrisas recolectan información sensorial de los folículos de los bigotes y coalesce para formar el nervio infraorbital, una división maxilar del nervio trigémino. Precisamente, la información recolectada por los bigotes entra al cerebro vía nervio trigémino.
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En mamíferos que tienen bigotes organizados, la cuadrícula de bigotes puede aparecer en estructuras topográficas a través del cerebro, llamadas barriletes en el tronco encefálico, barreloides en el tálamo y barriles en capa en la corteza somatosensorial. Estas estructuras han sido identificadas en algunos roedores -ratones, ratas, hamsters (Cricetus cricetus), marsupiales -wallabis (Macropus eugenii)-, pinípedos -león marino de California (Zalophus californianus)-, y primates nocturnos -galagos (Otolemur garnettii)-, pero están ausentes en curíes (Cavia porcellus) y castores (Castor fiber), y quizás en muchas especies en las que todavía no se ha investigado.
