Medicina Veterinaria Preventiva
Enfermedades que afecten a nuestros animales existen por cantidades; se han escrito tratados, se han editado libros y se publican a diario artículos en revistas especializadas que las documentan. Es una historia de nunca acabar. Las enfermedades, bien sea infecciosas o no infecciosas, genéticas o nutricionales, suponen una pérdida económica que puede ser representada por la muerte de nuestros animales o una disminución en la producción de los mismos.
Ante este escenario los productores agropecuarios o todo aquel que tiene animales, tiene dos opciones: la primera, es esperar a que la enfermedad se presente, pedir la asistencia de un Médico Veterinario e iniciar un tratamiento; la segunda, es tomar acción antes de una eventual enfermedad, es decir asesorarse previamente con un Médico Veterinario para instaurar un programa preventivo en nuestras explotaciones o en el manejo de nuestras mascotas.
La primera opción, puede tener un menor éxito de resolución (esto dependiendo del tipo de enfermedad y de la agresividad en la presentación de la misma) y representa un mayor costo para nuestros bolsillos. Es frecuente al hablar con ganaderos que, cuando se toma esta alternativa, el tratamiento resulta más costoso que el valor comercial del animal en tratamiento. Optar por esta alternativa y desechar la segunda propuesta, es como querer pasarse la vida apagando incendios. Es de anotar además que muchas enfermedades no tienen tratamiento, únicamente se pueden prevenir.
La segunda alternativa es mucho más económica y obedece a una adecuada planeación y manejo de nuestra explotación. Es importante tener en cuenta que los programas preventivos no están representados sólo por la aplicación de vacunas. Claro, los programas de vacunación son de suprema importancia para evitar la presentación de enfermedades infecciosas y para cumplir además con reglamentación estatal y protocolos de movilización de nuestros animales; pero también es importante que implementemos Buenas Prácticas Agropecuarias, contemos con un buen plan nutricional, de desparasitación, de manejo, de selección genética, de chequeo reproductivo, etc.. Y para esto debemos contar con una adecuada asesoría de un Médico Veterinario especializado en cada uno de los aspectos relacionados con la salud de nuestros animales.
La prevención y control de las enfermedades deben llevarse a cabo en forma programada, más aún si se tiene en cuenta las múltiples formas de los innumerables efectos negativos que ellas producen en los animales: retardo del crecimiento, trastornos de desarrollo y conformación, disminución de la producción de leche, reducción de las ganancias de peso que conlleva a la disminución de la producción de carne, desmejoramiento de la calidad de los animales, lo cual disminuye el valor comercial de los mismos, abortos y esterilidad que frenan el aumento natural de los rebaños, y finalmente la muerte. Todo esto sin dejar de mencionar el peligro de contagio al humano de algunas enfermedades infecciosas. Así las cosas, todo buen finkero debe contar con una asesoría veterinaria idónea para de esta forma, prevenir antes que curar.
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