Medicina veterinaria, seguridad alimentaria y medio ambiente
Uno de los grandes desafíos del siglo XXI será poder alimentar un estimado de nueve billones de personas en el año 2.050, sin destruir el medio ambiente. El problema es cómo incrementar la producción y el suministro de alimento, particularmente de origen animal, para poder cumplir con una creciente demanda de los grandes centros urbanos. En la actualidad, más de la mitad de la población mundial vive en comunidades urbanas. La tendencia a la cual se cree crecerá la población mundial en el futuro, es equivalente a crear una ciudad del tamaño del área metropolitana de Medellín cada tres semanas durante los próximos 40 años. En efecto, estudios demográficos consideran que en el año 2.020 una impresionante cifra de 900 millones de personas vivirán en los centros urbanos de China. Situaciones similares se prevén para el Sureste asiático y otros países en desarrollo.
Por lo anterior, la medicina veterinaria y la producción agropecuaria tienen una oportunidad sin precedentes y grandes responsabilidades, las cuales, paradójicamente, no han sido completamente dimensionadas por los líderes políticos y académicos y la sociedad en general. Aún más, las escuelas de Medicina Veterinaria generalmente han sido muy lentas en ajustar sus programas académicos para preparar profesionales capaces de enfrentar este desafío producto de la crisis ambiental y de la gran demanda de alimento a nivel mundial.
Los centros urbanos de rápido crecimiento son grandes demandantes de productos alimenticios de calidad a una tasa más alta que la capacidad de producción agropecuaria. Es por esta razón, por ejemplo, que productores agropecuarios de China y de otros países del Sureste asiático no tienen la capacidad de proveer con alimento a las grandes y pobladas urbes. En efecto, China, que representa el 20% de la población mundial, cuenta únicamente con el 7% de tierra productiva.
A lo anterior hay que sumarle otro inconveniente, debido a la distancia de los mercados finales y a las consabidas limitantes de transporte (problemas en infraestructura y en logística) el deterioro de alimento puede llegar a representar un 30% del total producido. Es por esta razón que grandes productores agropecuarios han desarrollado explotaciones intensivas cerca de los centros urbanos, con efectos ambientales deletéreos producto del manejo de los desechos de origen animal.
El reto, en realidad, es ofrecer no sólo alimento en las cantidades requeridas, sino a precios favorables, en especial para aquellos sectores de la población con menor capacidad de pago. Es de recordar que, en términos generales, las protestas por comida o hambrunas han sido relativamente escasas a nivel mundial en los últimos 40 años. Lo anterior, quizás producto de la llamada Revolución Verde (la transformación de la agricultura tradicional, iniciada en 1.945, gracias al desarrollo de sistemas de riego, pesticidas y fertilizantes). No obstante, los impactos benéficos de la Revolución Verde han sido severamente comprometidos, como consecuencia del incremento en los precios de combustibles y fertilizantes, del cambio climático, de sequías prolongadas, del surgimiento de biocombustibles y de una mayor demanda de alimento por parte de países emergentes.
Para afrontar exitosamente está inminente crisis es preciso desarrollar nuevas tecnologías más eficientes y ambientalmente amigables que incrementen la producción de alimento a nivel mundial. En este aspecto en particular, la medicina veterinaria puede cumplir un rol determinante para incrementar productividad, sostenibilidad y, de esta forma, garantizar la seguridad alimentaria.
Fuente: Kelly & Marshak, 2009. Veterinary Medicine, food security and the global environment. Rev. sci. tech. Off. int. Epiz. 28(2): 511-517.
Finkeros.com, el portal de las fincas