Nos invaden
La presencia de una especie invasora puede representar una amenaza para la biodiversidad y la salud pública, y a la vez es un reto para las instituciones ambientales y académicas.
Cae la noche en una finca ganadera de Honda en el departamento del Tolima. El sonido oscilante de los ventiladores se mezcla con el zumbido de los mosquitos. A lo lejos se escuchan los cantos de las ranas, que parecen anunciar las esperadas lluvias que no llegan con rigor desde hace más de un mes. Son las siete de la noche pero aún se siente el mismo calor abrasador de la tarde. Los perros jadeantes se tienden sobre los baldosines del único baño de la casa. Dos hombres de piel tostada por el sol, se refrescan con limonada endulzada con panela mientras comentan entre ellos las labores programadas para la mañana siguiente. Se frotan con frecuencia sus brazos desnudos que están a merced de los mosquitos que pululan en el ambiente.
Mientras todos le huyen al calor y a lo implacable de los bichos tropicales, entre los travesaños del techo y adosadas a las paredes blancas de la casa, se asoman presurosas una docena de salamanquejas. “Es una chinita”, exclama uno de los vaqueros de la hacienda, a la vez que señala un pequeño reptil rosado del tamaño de un dedo índice que acecha subrepticiamente los insectos que están a su alcance. Una de las hijas del administrador de la finca chasquea su boca imitando el particular sonido que hace esta especie.
Se trata de Hemidactilus brooki una de las especies invasoras más exitosas y de mayor distribución en Colombia. No hay precisión de su arribo a estas tierras, pero se cree que llegó en cargamentos de madera a algunos de los puertos del país. Y pareciera que llegó para quedarse. Según estudios realizados por biólogos de la Universidad Javeriana y de la Universidad del Valle, este pequeño gecko, originario de India y del este de África, tiene un gran potencial de invasión. Se estima que, gracias a su capacidad de adaptación y a las condiciones ambientales que le ofrece el país, para 2050 se encuentre en el 72.6 por ciento del territorio colombiano.
De acuerdo con investigadores de la Universidad Nacional de Singapur, las especies invasoras exitosas, como Hemidactilus brooki, se caracterizan por presentar una alta tasa reproductiva, una larga vida, una elevada capacidad de dispersión, una dieta poco restrictiva y hábitos gregarios. Adicionalmente, al tener una alta capacidad de asociarse a comunidades humanas, como es el caso de ratas y palomas, exhiben una ventaja competitiva frente a otras especies.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) estima que la mayoría de especies invasoras han sido introducidas intencionalmente para beneficio del hombre, o al menos esa ha venido siendo la motivación inicial, y gracias a esto se ha podido desarrollar a nivel mundial la actividad agropecuaria que es la fuente de alimentos de la población humana. Claro está, que muchas de estas especies han salido del control del hombre, expandiendo su distribución y abundancia, para posteriormente desplazar especies nativas por competencia, depredación o alteración de sus hábitats naturales.
***
Con el rocío de la mañana se perciben los primeros caracoles entre los cultivos de hortalizas de la Sabana de Bogotá. Avanzan lentamente dejando un rastro hialino en su trasegar. Devoran sin afán y selectivamente la vegetación que se encuentra a su alcance. Al mismo tiempo que esto sucede, un vendedor ambulante, recostado en una pared de la iglesia Veracruz en el centro de Bogotá, ofrece a los desprevenidos peatones una crema de baba de caracol que promete ser la panacea para cicatrices y manchas en la piel.
Esta especie, Helix aspersa, fue introducida originalmente de manera voluntaria como una alternativa para el consumo de proteína en Colombia. La helicicultura, como se le conoce a la producción de caracol, ha sido promocionada en el país por diferentes grupos y asociaciones como una alternativa productiva con baja inversión y retorno del capital invertido en un corto tiempo. A pesar de que en Colombia el consumo de carne de caracol es casi nulo, se han logrado identificar mercados potenciales cuya viabilidad depende de la demanda a nivel internacional y del cumplimiento con los requerimientos ambientales y sanitarios exigidos en los países consumidores. En el entretiempo, y de acuerdo con el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos “Alexander von Humboldt” (IAvH), la especie se constituye en un problema, tanto para la producción agrícola como para las especies nativas en ecosistemas naturales.
Según la UICN, en el mundo se han introducido exitosamente más de 330 especies de aves y mamíferos, 40 por ciento de las cuales se han realizado en territorios e islas continentales y el 60 por ciento en islas oceánicas. Si bien la mayoría de las introducciones se han realizado en Norteamérica, Europa y Oceanía, Colombia no ha sido la excepción en el proceso de introducción de especies exóticas en su territorio (Ver Tabla).
Especie | Comentarios | |
Invertebrados | ||
Hormiga loca (Paratrechina fulva) | La hormiga loca ha invadido campos cultivados y su introducción resulta en la eliminación de otras especies de hormigas nativas y de invertebrados y vertebrados terrestres. | |
Hormiga de fuego (Wasmannia auropunctata) | Se ha propuesto como especie indicadora de perturbación ecológica. | |
Caracol gigante africano (Achatina fúlica) | Presenta una adaptabilidad superior al caracol de jardín. Su impacto permanece aún poco claro, aunque se ha reportado que puede afectar fauna y flora nativa. Existe necesidad de mayor investigación sobre la especie. | |
Caracol de jardín (Helix aspersa) | Está ampliamente difundido en el altiplano cundiboyacense, donde pone en riesgo los cultivos de hortalizas. | |
(Cangrejo de río) Procambarus clarkii | Se ha comprobado que la presencia de la especie genera una alteración ecológica, pérdida de biodiversidad de humedales y depredación sobre huevos de especies nativas. | |
Peces | ||
Anoptichthys jordani, Barbu rojo (Barbus conchonius) y Barbu oro (Barbus gelius) | Especies ornamentales originaria del Asia, reportadas en ambientes naturales de Bolívar y Valle del Cauca. | |
Bailarina telescopio (Carassius auratus) | Especie para uso ornamental y de forraje originaria de Estados Unidos, reportada en ambientes naturales y artificiales de la cuenca de los ríos Magdalena, Cauca y Orinoco | |
Bandera, espada, gupi (Poecilia reticulata) | Especie ornamental originaria de Asia, reportada en ambientes naturales de la cuenca de los ríos Magdalena, Cauca y Orinoco | |
Carpa (Cyrpinus carpio) | Introducción voluntaria desde los años 80 en asocio con actividades de acuicultura. Se ha reportado su introducción en los departamentos de Amazonas, Antioquia, Putumayo, Quindío y Valle del Cauca. | |
Gymnocorymbus ternetzi | Especie ornamental originaria de Paraguay, reportada en ambientes naturales del Valle del Cauca, Meta y Cundinamarca | |
Trucha común (Salmo trutta) | Especie originaria de EUA, reportada en ambientes naturales de la cuenca de los ríos Magdalena, Cauca, Orinoco y Amazonas y en las vertientes del Pacífico y del Caribe | |
Trucha Arco Iris (Onocorhynchus mykiss) | Los primeros registros de introducción de la especie a Sur América fueron en Chile y Colombia en 1.840. Desplazamiento y desaparición de peces nativos (p.e. Trichomycterus, Astroblepus) desde 1.940 | |
Trucha parda (Onchorynchus salar) | Reportada en ambientes naturales de la cuenca del Magdalena. | |
Miniopterus salmonides | Introducción voluntaria en asocio con actividades de acuicultura. | |
Pez luchador, beta (Betta splendens) | Especie ornamental originaria de Tailandia, reportada en ambientes naturales del Valle del Cauca y las cuencas de los ríos Magdalena y Cauca. | |
Zebra (Brachydanio rerio) | Especie ornamental originaria de la India. | |
Vertebrados terrestres | ||
Rana toro (Rana catesbeiana) | Si bien para Colombia no existe una evaluación detallada del impacto de su introducción, estudios realizados en la Universidad del Valle la han relacionado con la desaparición local de poblaciones de ranas nativas. | |
Gecko, salamanqueja (Hemidactylus brookii) | Especie originaria del continente africano. Introducida al país gracias al mercado de esclavos y mercancías. | |
Ratas (Rattus norvegicus, R. rattus) y Ratón casero (Mus musculus)
|
Consideradas plagas. Se constituyen en un problema de salud pública por lo que existe una regulación sobre su control. Genera un daño considerable por destrucción de cosechas y de reservas de alimento. Exhibe una alta adaptación y una tendencia a asociarse a las comunidades humanas. Pueden afectar ecosistemas y especies nativas, principalmente aves, anfibios y roedores. Mus musculus es probablemente el mamífero con mayor distribución a nivel mundial. | |
Trachemys scripta elegans | De origen norteamericano, aparentemente distribuida en hábitats naturales de las otras especies nativas del género Trachemys sp. | |
Iguana centroamericana (Iguana iguana rhinolopha) | Posiblemente pudo haber sido introducida a San Andrés Islas, tal vez desde Nicaragua, incluso en época precolombina. | |
Paloma común (Columba livia) | Considerada una plaga en grandes ciudades. Se constituye en un problema de salud pública. | |
Gorrión europeo (Passer domesticus) | Especie no migratoria originaria de Asia e introducida intencionalmente al continente americano. Asociada a poblaciones humanas y a zonas agrícolas. Considerada una peste en el sector agropecuario. |
Tabla. Especies de fauna invasora introducida a Colombia. Fuente: IAvH
De acuerdo con el Convenio sobre la Diversidad Biológica, las especies invasoras son consideradas la mayor amenaza para la biodiversidad en ecosistemas aislados como el de las islas. Adicionalmente, numerosos estudios han demostrado que la introducción de especies invasoras genera un impacto negativo sobre la biodiversidad.
La UICN sugiere que las especies invasoras se consideran como la segunda causa de extinción de especies a nivel mundial, después de la pérdida de hábitat. Lo anterior ha llevado a que el impacto de las especies invasoras haya crecido en interés biológico, económico y político en los últimos años. Muchos de estos impactos tienen efectos económicos negativos para las poblaciones humanas, afectando poblaciones de especies de alto valor económico o impactando directamente actividades humanas.