Pajareando en Colombia
Por Guillermo Rico
Cinco de la mañana en las afueras de Bogotá. Un colombiano y cinco holandeses caminan lento por el Parque la Florida. Súbitamente el grupo mira con atención un pequeño espejo de agua en medio del humedal. Cámaras fotográficas profesionales y binoculares Bushnell son desenfundados con rapidez. Algo se mueve con sigilo entre la vegetación acuática. Una ráfaga de obturadores rompe el silencio del momento. La felicidad embarga a los presentes.
Si quieres que tu finca sea un destino ecoturístico haz click acá.
La sonrisa en el rostro de estos turistas europeos es por culpa de una pequeña ave acuática. Rallus semiplumbeus es el nombre científico de esta ave conocida comúnmente como tingua bogotana. En el libro “A Guide to the Birds of Colombia”, la biblia de las aves en Colombia, se asegura que la tingua bogotana es una especie endémica, es decir, su distribución natural está restringida a los humedales y páramos de la sabana de Bogotá y sus alrededores. Esta es una de las razones que hacen a la tingua bogotana uno de los trofeos fotográficos para los birdwatchers o pajareros.
El turismo de avistamiento de aves o birdwatching es una actividad que ha crecido progresivamente en los últimos diez años en Colombia. Según el guía especializado Pablo Flórez, de la empresa Multicolor Birding Colombia, los grupos interesados en observar aves empezaron a viajar con mayor frecuencia a Colombia a partir de 2007. Si bien en los años 80 y 90 algunos turistas venían a avistar aves, el conflicto y la inseguridad imperantes en aquella época los alejaron por un buen tiempo.
Originada en las cortes europeas de finales del siglo XVIII, ésta es una actividad muy popular en Estados Unidos y Europa. Básicamente se trata de gente que usa buena parte de su tiempo libre e ingresos para ir a observar y fotografiar aves por todo el mundo. Su motivación no es solo por las aves, lo es también porque es una forma más íntima de conocer los países y su gente, ajena a los sitios que el turista promedio visita.
La mayoría de los turistas son norteamericanos e ingleses, pero es cada vez más frecuente que observadores de aves provenientes de Holanda, Bélgica y otros países europeos, elijan a Colombia como su destino de ecoturismo. Usualmente se trata de gente mayor de 50 años, académicos y empresarios con un importante nivel cultural y alto poder adquisitivo.
Jan Dobsovic es uno de ellos. Motivado por la biodiversidad del país, recorrió Colombia en 2013 con un grupo de amigos de la Universidad Komenského de Bratislava, Eslovaquia. Estuvo en Bogotá, Villa de Leyva, Buenaventura, Salento, Cartagena, Barranquilla y el Parque Nacional Tayrona observando aves. “Colombia es muy interesante y su naturaleza es verdaderamente hermosa”, asegura Dobsovic en un inglés primigenio, mientras trata de identificar, con la ayuda de manuales de campo, algunas de las especies de aves que fotografió.
Dentro de los observadores de aves, existen los llamados hardcores, por lo general profesores universitarios u ornitólogos consumados,que tienen a su haber más de 8,000 especies de aves observadas. Más que la calidad de la cadena turística, la infraestructura del país y la cultura regional, a los hardcores únicamente les interesa ver aves y ya, sostiene Ángela Gómez de Ecoturs, ala comercial de la Fundación Proaves. Así de simple y de complejo a la vez, porque si no ven la especie que están buscando se decepcionan.
Luis Eduardo Urueña director de Manakin Nature Tours, recuerda haber sido guía de Hugh Buck y Philip Rostron, dos de los hardcores más importantes de Inglaterra, quienes han recorrido más de ciento cincuenta países avistando aves. Otros de los ilustres observadores de aves que ha guiado Urueña en Colombia son los científicos Albert y Nancy Boggess, esta última Premio Nobel de Física en el año 2006.
Colombia es la joya de la corona para muchos birdwatchers. En efecto, al país se le conoce como the fashion birding country gracias a la alta tasa de endemismo de aves presente en el país. Para Oswaldo Cortés, ornitólogo bogotano que ha pajareado en Colombia, Ecuador, Perú y Sudáfrica y ha avistado más de 1,600 especies de aves, un atractivo adicional es que acá se pueden ver muchas especies de aves en muy poco tiempo. La ubicación geográfica privilegiada y la gran diversidad de ecosistemas naturales han permitido que esta gran diversidad de aves (más de 1,700 especies reportadas) pueda verse en Colombia.
Qué sitios visitar y qué especies ver
Los tours generalmente empiezan en Bogotá. Más allá de ser la capital y la puerta de entrada más frecuente al país, Bogotá y sus alrededores cuentan con unas condiciones biogeográficas especiales. Los humedales de Jaboque y La Conejera, el Parque La Florida, las gravilleras de Siecha, el páramo de Sumapaz y el Parque Natural Chingaza son sitios imperdibles para el turista donde se pueden observar tinguas bogotanas, monjitas, águilas de páramo y varias especies de rálidas y colibríes.
Si quieres observar aves en Guasca, Cundinamarca haz click acá.
A menos de una hora de Bogotá está el Jardín encantado, que no es más que una casa campestre en las afueras de San Francisco, Cundinamarca donde se pueden ver 23 de las 147 especies de colibríes reportadas para Colombia. Jurgen Benker, birdwatcher y empresario turístico belga que con frecuencia trae grupos de extranjeros al país, asegura haber visto 13 especies de colibríes en este pintoresco sitio mientras disfrutaba una tarde de almuerzo.
La Sierra Nevada de Santa Marta, el departamento de Antioquia, el Eje Cafetero, los valles interandinos y los alrededores de Bogotá son las áreas más apetecidas por los observadores de aves, porque en estos sitios se encuentra el mayor número de especies endémicas y de difícil avistamiento en otras regiones y países. “La idea es hacer las tres cordilleras hacia el occidente y de ahí volar a Santa Marta”, recomienda entusiasmado Cortés mientras se le dibuja una sonrisa en su rostro. “Los tours pueden tomar un mes y regresar a casa con 800 especies de aves vistas”.
Si quieres observar aves en el Magdalena medio haz click acá.
En los últimos años, motivados por ampliar nuevos destinos, han surgido otros sitios de interés en los alrededores de Mitú, Leticia e Inírida en la Amazonia y el Hato La Aurora en las sabanas del Casanare, donde se encuentran aves más generalistas.
La Reserva de Río Blanco es uno de los sitios de moda en la actualidad. Muy cerca de Manizales, en plena cuenca del río Chinchiná e inmersa en bosques nativos de yarumos, alisos y cipreses, esta reserva natural es el sitio ideal donde se puede escuchar el gorjeo conspicuo de un tororoi bandeado y fotografiar esta ave si se cuenta con la suficiente suerte y destreza.
Sitios más populares en Colombia para hacer aviturismo. Especies de interés.
Indiscutiblemente el alto endemismo de aves es uno de los principales atractivos para los turistas que vienen a Colombia, pero también el carácter carismático de algunas especies como tucanes, guacamayas y loras. “Las familias que más disfrutan y solicitanlos turistas son las tángaras, los colibríes, las antpittas, las cotingas y los manakins”, asegura Flórez. Igualmente, especies como el cucarachero de Apolinar, el Pico Cono Rufo y el Doradito tropical son muy apetecidas por los birdwatchers.
Particular interés está surgiendo también por los búhos. Con casi 30 especies reportadas en Colombia, el uso de cámaras trampa para fotografiar este grupo de aves se está haciendo cada vez más común entre los paquetes turísticos que se ofrecen. Es por esta razón, en parte, que Sergio Córdoba, biólogo y presidente de la Asociación Bogotana de Ornitología, según comenta en un tono académico, se encuentra realizando una guía para la identificación de las especies de búhos colombianos.
Precisamente, esas altas tasas de endemismo y los peligros para la conservación de algunas especies de aves, han motivado a que la Fundación Proaves adquiera tierras en sitios estratégicos.Esta fundación cuenta actualmente con veinte reservas, seis de las cuales están destinadas al ecoturismo. En el resto de las reservas, Proaves desarrolla investigaciones en biología y ecología para la conservación de la avifauna y de sus hábitats naturales.
Guías y turistas
Para Diego Calderón, de Colombia Birding, un buen guía para avistamiento de aves debe tener conocimiento y entrenamiento en observación de aves, ser bilingüe y tener la suficiente disponibilidad de tiempo para viajar. Varios de estos guías están vinculados a las diferentes asociaciones de ornitología del país y se iniciaron en esta actividad porque cursaron carreras relacionadas con las ciencias biológicas y la ecología o porque eran entusiastas de las aves y la naturaleza.
Adicional a esto, los guías deben contar con entrenamiento en primeros auxilios y tener la capacidad de resolver situaciones complejas en campo. Ángela Gómez recuerda como un octogenario turista inglés soportó estoica y secretamente una pancreatitis aguda desde Mariquita, Tolima hasta Medellín mientras contemplaba embelesado la riqueza de la avifauna nativa. La historia culminó cuando sus síntomas se evidenciaron y lograron ubicar a sus familiares para comunicarles que por el momento su aventura como birdwatcher en Colombia quedaba suspendida.
Deben prestar también su hombro para llorar. Esto fue lo que le sucedió a Cortés con un turista surafricano, quien después de recorrer sabanas y esteros persiguiendo aves por Vichada,se fracturó un tobillo al enredarse torpemente con un tapete en el Aeropuerto Internacional El Dorado, minutos antes de abordar un avión para continuar con su periplo de avistamiento de aves.
Gómez sonríe al recordar que una característica de muchos de los turistas americanos, es la gran cantidad de pastillas y multivitamínicos que traen consigo. Varios comen con poca frecuencia. Esto como consecuencia de la aversión al agua y a la cocina local, y sumado a la dificultad de conseguir comida vegetariana o kosher a lo largo de la Ruta del Sol.
Calderón resume su experiencia como guía y empresario desde una perspectiva que sensibiliza aún más su oficio, “uno se encuentra con gente campesina bonita, humilde y trabajadora. También con muchos animales raros y bellos que de repente salen al paso del grupo en un recodo del camino”.
Qué falta por hacer
“Pajarear si ayuda a la conservación” dice en tono enfático Cortés. Para él, la Fundación Proaves ha sido muy importante en el desarrollo del turismo de aves en Colombia. De igual forma muchos de los guías y empresarios destacan la gestión de promoción turística realizada por Proexport en ferias de turismo especializado que se llevan a cabo en Europa y Estados Unidos de América. Pero hace falta más.
Si bien iniciativas privadas como Ecoturs, ManakinNature Tours y Colombia Birding han sido concebidas para mejorar la calidad del servicio en el país, para Calderón, el mercado colombiano debe empezar a adaptarse a la nueva demanda. “El porcentaje de turistas que solo vienen enfocados en buscar aves endémicas va a disminuir, ya que más turistas normales, que no son tan especializados, van a empezar a mirar a Colombia como destino”. Por esta razón se debe ofrecer una mayor calidad en servicios accesorios como alojamiento, alimentación, oportunidades de fotografía y transporte.
En esto está de acuerdo Urueña, quien sugiere que en Colombia falta más inversión en proyectos de infraestructura especializada en este tipo de turismo. “Hay pocos ecolodges y escasos lugares adaptados para la observación de aves en comparación con otros países. Por lo general los existentes son lugares de difícil acceso y de condiciones complicadas para personas con limitaciones físicas o de edad avanzada”, asegura.
“La infraestructura es limitante en Colombia, lo cual hace que sea un destino costoso en comparación con Perú y Ecuador” coincide Ángela Gómez. Pero ella prefiere abordar el tema dese una perspectiva distinta: la de la sostenibilidad.“Las reservas hacen que el dinero llegue más a comunidades. Este no se queda en los grandes monopolios”, explica orgullosa. “La idea es volver al turista donante”.
Lo que si es cierto es que aún en Colombia hay destinos para avistamiento de aves que no se han abierto, muchos de los cuales son fincas turísticas y productoras. Y a pesar de que cada vez hay más competencia, esta actividad tiene la capacidad de crecer en los próximos años de la mano de iniciativas privadas y gubernamentales.
Muy interesante lo que escriben, estoy inpresionado, que hermosa ave, soy de chiapas mexico, y me apasionan las aves, soy monitor de aves, no pude estudiar la biologia pero lo inportante es que me apasiona. Muchas felicidades por tanto esfuerzo y por tener muchas aves endemicas.
Saludos
Cordial saludo.Donde puedo encontrar un libro especializado en la familia thraupidae y sus especies en Colombia.
vivo en Bogota.
Consulta la Asociación Bogotana de Ornitología.
Gracias. muy buenos comentarios, me entere de novedades de avifauna.
Es una buena oportunidad para los colombianos amantes de la naturaleza
Buenas tardes.Tengo una cabaña en juachaco Pacífico a una hora de Aventura en un lugar apto para observar aves ya casi no la visito si les interesa para ese fin.Comuniquese conmigo .
Me encantaría alguna vez tener la oportunidad de apreciar la belleza de la fauna y flora colombiana, excelente articulo mientras leía me imaginaba caminando por algunos sendero disfrutando de los colores y la vegetación