¿Por qué conservar las aves en nuestras fincas?

En términos prácticos, la importancia de una comunidad biológica radica en los servicios ecosistémicos que presta; más allá de la existencia per se de una comunidad biológica, la conservación de la misma se justifica, desde una postura económica y/o funcional, a partir de los beneficios que de ella provienen.

Las aves son quizás la clase de animales vertebrados más conocida y con mayor distribución a nivel mundial y presencia en casi todos los hábitats. Este grupo taxonómico es muy móvil y responde hábilmente a cambios ecosistémicos. La mayoría de los roles ecológicos de las aves suponen soporte y regulación de servicios como control de plagas y dispersión de semillas; si bien es evidente su papel, este tipo de servicios son los más difíciles de cuantificar. Se sabe eso sí, que cerca del 33% de las especies conocidas de aves son dispersores de semillas a través del consumo de frutas.

Por otro lado, la mayoría de estudios tanto en hábitats naturales como agropecuarios, evidencian que las aves reducen las poblaciones de insectos herbívoros lo que genera que las plantas respondan positivamente exhibiendo mayor tasa de crecimiento y mejores cosechas. Se ha estimado que más del 50% de las especies de aves es insectívora y cerca del 75% se alimenta de invertebrados.

A lo anterior se suma que las aves se constituyen en importantes agentes de control de roedores y descomponedores biológicos en nuestras fincas, cumpliendo así un papel definitivo en el ciclo de nutrientes. Adicionalmente, las aves granívoras son importantes agentes de control de malezas y la construcción de nidos que llevan a cabo se incluye dentro de la ingeniería ecosistémica, que representa importantes beneficios a diferentes comunidades biológicas.

Fuera de los servicios que operan directamente sobre el ecosistema y los paisajes rurales, las aves son componentes culturales importantes pues se entienden como elementos fundamentales dentro de la recreación y el ecoturismo.

Es nuestra labor como finkeros conservar la comunidad de aves presente en nuestras fincas. Prohibiendo su caza, conservando su hábitat, previniendo y controlando incendios, promoviendo una cultura orgánica y no contaminando las fuentes de agua podemos beneficiarnos de sus servicios.

Fuente: Wenny et al., 2011. The Auk 128(1): 1-14

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