Rhodesian ridgeback
La característica física más particular del Rhodesian ridgeback es la franja de pelo levantada que le corre en la región dorsal y que la da nombre a la raza.
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Precisamente, esa franja de pelo fue la que le llamó la atención a los primeros colonizadores europeos de África del Sur al ver los perros nativos de las tribus africanas; fue entonces como producto de varios cruces con razas europeas de caza (gran danés, bracos, schnauzer, lebreles, entre otros) se logró obtener un perro con una importante conformación física (musculatura compacta, cuerpo simétrico y buena alzada) y un fuerte carácter que lo hacia óptimo para las actividades de cacería en las extensas sabanas del sur del continente africano.
Desde los años 20 del siglo pasado se estableció el estándar de la raza y se inició su cría y difusión por todo el mundo. Al continente americano llegó como un excelente perro de finca, que además de su valentía y fortaleza característica, exhibía una importante condición de resistencia a las garrapatas (quizás producto de su origen en tierras tropicales y gracias a su pelo corto). Si bien la raza no es inmune a la Erlichiosis, si presenta una menor susceptibilidad a la enfermedad, especialmente si se trata de animales criados en zonas tropicales y subtropicales.
El Rhodesian ridgeback es un excelente perro de finca, ya que cumple las veces de fiero guardián, perro pastor y leal compañero. Es por esto que en muchas fincas ganaderas de zonas tropicales se cría con la garantía de tener un excelente perro al servicio de las labores de la finca.
