Los caballos (Equus caballus) y los burros (Equus asinus) son mamíferos que pertenecen al género Equus, el cual emergió hace aproximadamente 4.5 millones de años. Si bien existe un innegable vínculo genéticos entre ambas especies, los caballos y los burros son notablemente diferentes tanto en aspectos físicos como de comportamiento.
El cruce de ambas especies resulta en un híbrido estéril, llamado mula (resultante del cruce entre una yegua y un burro) o burdégano (producto del cruce entre una burra y un caballo), tiene características de ambas especies lo cual produce una gran diversidad tipológica y de temperamento. Sin embargo, para el caso de las mulas, las características fisiológicas son primordialmente del caballo.
Actualmente, la población mundial de equinos se estima en 116,7 millones de animales, representados en 57,7 millones de caballos, 50,4 millones de burros y 8,5 millones de mulas. La mayoría de burros y de mulas se concentran en el continente asiático, en Centro y Suramérica y en África, contribuyendo a la calidad de vida de 500 millones de pobres.
Burros y mulas son usados principalmente como animales de trabajo (para transportar cargo y como animales de tracción) y para el transporte de personas. Sin embargo, la industrialización y la mecanización de la agricultura ha llevo a que estos animales empiecen a ser reemplazados, lo que ha generado que vivan una vida errante que, ocasionalmente causa accidentes de tráficos y se constituyen en fuentes de transmisión de enfermedades infecciosas.
¿Pero en qué se diferencian?
El análisis del genoma completo de caballos y burros ha mostrado divergencias en los genes directamente involucrados en la respuesta inflamatoria al trauma y en la regulación de la síntesis del colesterol. Los burros también tienen diferencias en la susceptibilidad a ciertos agentes infecciosos y manifestaciones clínicas en comparación con caballos. Sin embargo, al respecto existen pocos estudios científicos sobre patogénesis, respuesta inmune y patofisiología. Gran parte de la información proviene de la práctica veterinaria, la cual está extrapolada de caballos a burros.
Al igual que los caballos, tanto burros como mulas son susceptible a la infección de virus como los que causan la anemia infecciosa equina, la encefalomielitis equina venezolana, del este y del oeste, la encefalitis japonesa, el virus del oeste del Nilo, la arteritis viral equina, el herpesvirus equino, la influenza equina, la enfermedad del caballo africano y la rabia, todas referenciadas por la Organización Internacional para las Epizootias (OIE). Adicionalmente, a parte de ser relevantes para la industria equina, muchas de estas enfermedades (como las encefalomielitis virales, la rabia y la encefalitis de San Luis) tienen gran importancia para el concepto de Una Salud (One Health). Adicionalmente, existen virus desconocidos, como el recientemente descubierto hepacivirus (NPHV) cuyo impacto en los équidos aún requiere de mayor investigación.
Gracie, buen libro