Concentrado vs forraje es una comparación necesaria en términos de productividad ganadera e impacto ambiental.
Tradicionalmente, la dieta de rumiantes se ha basado en pasturas, pues su sistema digestivo ha evolucionado para procesarlo. Pero la producción industrial de carne (caracterizada por altas densidad y gran ganancia de peso) requiere altas raciones de concentrado, lo cual incluye un mayor consumo de proteína para permitir cumplir con las exigencias productivas. Sin embargo, la digestión de los rumiantes está más adaptada, como se ha dicho, a la dieta con base en forraje y la calidad nutricional de la carne se ve claramente impactada por la nutrición animal.
El efecto bienestar animal
Estándares de bienestar animal del Reino Unido enfatizan en que el ganado debe ser alimentado con una dieta apropiada que satisfaga los requerimientos nutricional y promueve un buen estado de salud del animal. Para el caso de los rumiantes, esta normatividad no determina proporciones de forraje dentro de la dieta, pero sugiere que los animales debe tener acceso a pasturas, agua y refugio.
Es de recordar que las cinco libertades del bienestar animal incluyen «libertad para expresar un comportamiento normal» que se expresa en densidades (20-24 animales/hectárea), refugio y áreas de descanso y acceso a pasturas. Muchas explotaciones ganaderas intensivas no permiten el acceso a pasturas en exteriores. Algunos estándares de producción orgánico exigen que al menos el 60% de la dieta de rumiantes sea fresca, preferiblemente pastura.
Fuente: Davis, H.; Magistrali, A.; Butler, G.; Stergiadis, S. Nutritional Benefits from Fatty Acids in Organic and Grass-Fed Beef. Foods 2022, 11, 646. https://doi.org/10.3390/foods11050646