Cacería en fincas
La cacería en la actualidad es considerada como un deporte más que una necesidad (caza de subsistencia). Precisamente, es una actividad altamente difundida dentro de cotos de caza en Europa, África y Norteamérica y en algunos países latinoamericanos como México y Argentina. En muchos de estos países la cacería se entiende incluso como el medio para garantizar la conservación de los hábitats y de las especies cinegéticas, ya que el dinero aportado por el cazador es utilizado en el manejo de las comunidades faunísticas. Es de destacar que la cacería en estos sitios especializados está sujeta a una tasa de extracción la cual establece cuántos animales pueden ser cazados (géneros, edades, tamaños) en un periodo de tiempo determinado sin llegar a afectar la dinámica y la viabilidad de la población. Adicionalmente, en todos los países la cacería legal está regida por la reglamentación que sobre el tema han definido los gobiernos respectivos.
Por lo anterior, es importante tener en cuenta que si no se conoce el tamaño y la dinámica de una población faunística, y se permite la caza discriminada en una finca, se generará un desequilibrio en la misma que a la postre llevará a la pérdida de las comunidades biológicas y a una consecuente afectación por parte de la población humana. Aunado a esto, es importante anotar que la fauna silvestre es propiedad de nuestras naciones y no por el simple hecho de que ésta se encuentre en nuestra finca o predio rural podemos disponer deliberadamente de ella.
La cacería ilegal se da por varias razones, una es por la cultura que se genera alrededor de esta actividad, lo cual, como lo mencionamos al principio de este escrito, no es más que un deporte. También puede ser producto del tráfico ilegal de fauna que, como bien es sabido, representa uno de los mercados ilegales más grandes del planeta. Otra razón es como consecuencia de un desequilibrio en el ecosistema, por ejemplo cuando los campesinos matan jaguares o pumas que depredan el ganado (ver: http://www.finkeros.com/abc/problemas-por-depredacion-de-ganado-y-animales-domesticos-en-fincas/). Aún en nuestros días, la caza puede ser de subsistencia, pero específicamente en aquellas comunidades indígenas que necesitan suplir sus requerimientos de proteína.
Así las cosas, si no contamos con los permisos respectivos ni hemos realizado los estudios de manejo de fauna silvestre necesarios para tener un coto de caza, UMA o rancho cinegético (estos dos últimos términos habitualmente usados en México), nuestro papel como buenos finkeros es prohibir la cacería en nuestras fincas y denunciar la cacería ilegal. Si tenemos un ecosistema sano y viable, esto se reflejará en la calidad de nuestras fincas.
Finkeros.com, el portal de las fincas.