El manejo potenciará a la genética
En la presentación de la campaña 2014, Monsanto mostró que con el uso de todas las herramientas técnicas, los cultivos tienen más potencial.
Los pronósticos respecto al aumento de la demanda de alimentos, acompañando al incremento de la población mundial, requerirán de un salto productivo clave para abastecer las mayores necesidades dietarias.
Desde el campo, los productores de materias primas serán los responsables iniciales del mayor aporte de granos y carne.
Este rol central que tendrá el productor quedó claramente explicitado en la presentación de la campaña 2014 que hizo Monsanto, esta semana, en Buenos Aires.
Ante una nutrida audiencia de técnicos y productores, expusieron distintos ejecutivos de la compañía que hablaron de los desafíos productivos que enfrentará el mundo pero, principalmente, se centraron en los que tendrá Latinoamérica sur, una región que será un eje agrícola en el futuro.
En la jornada se presentó “Fórmula M”, el nombre que ideó la compañía norteamericana y que traza una analogía con los grandes Prix. Consideran que el productor del futuro será el conductor que piloteará una carrocería, los cultivos, llena de innovaciones tecnológicas y biotecnológicas.
Sin embargo, desde la compañía, no solamente están pensando en las tecnologías incorporadas a los productos que vendrán, sino también se focalizan en el uso de las herramientas productivas que ya están disponibles. Y esto tiene que ver, principalmente, con las brechas que separan los rendimientos alcanzados de los potenciales y que aun resta por explorar con las herramientas que ya están en soja y maíz. En la oleaginosa, dijeron, la brecha actual es de 41% y, en maíz, de 31%.
De esta forma, para achicar las brechas productivas, mostaron en la jornada que se están investigando y conociendo más los determinados ambientes productivos argentinos para hacer mejores prescripciones técnicas.
Explicaron que con alto nivel de precisión a campo, pueden ver el comportamiento diferencial de sitios homogéneos e, indicaron, que cuanto mayor es la información reunida de un lote, mejor es el ajuste entre la genética elegida y el ambiente. Por lo tanto, concluyeron, que lo que antes se tomaba como una solución, por ejemplo, un cultivar de mayor rendimiento, ahora se puede transformar en un “camino” que comienza con el análisis exhaustivo del sitio y termina en la elección del material.
Entre los oradores de la presentación, estuvo Luiz Beling, presidente de Monsanto para Latinoamérica sur. Beling es brasilero, ingeniero químico y reside en Argentina desde hace menos de un año. Vino observando, por los últimos quince años, todo el desarrollo agrícola del cono sur desde EE.UU., donde trabajó para la compañía en su casa matriz y en distintos puntos productivos de ese país.
Durante su exposición Beling dijo que los más importantes desarrollos que la compañía planea para los próximos diez años estarán en Argentina porque el productor argentino dispone de área productiva de calidad y es agresivo técnicamente, lo que hace a su gran potencial agronómico.
Otra de las cuestiones clave que el ejecutivo remarcó fue que la próxima década será “la dácada de la soja”. Al respecto, aclaró, que la consideran de este modo porque durante los últimos 18 años (1995-2012) la compañía no presentó nuevos desarrollos biotecnológicos en la Argentina, pero en los próximos cinco años, planean presentar cuatro nuevos eventos transgénicos para el manejo de distintos problemas.
Beling dijo que sumando el potencial de los eventos tecnológicos que vendrán, más si el productor achica la brecha existente, se irá alcanzando poco a poco el objetivo productivo para los próximos treinta años de duplicar la producción para alimentar al 40% más de habitantes del planeta.
Fuente: Clarin.com