¿Se le acabará el reinado a Lafaurie?
La aparente poca transparencia en el manejo de los recursos provenientes del Fondo Nacional del Ganado y la politización en el interior de Fedegan podrían llegar a su fin.
El ministro de Agricultura y Desarrollo Rural, Aurelio Iragorri, decidió prorrogarle únicamente por nueve meses a la Federación de Ganaderos de Colombia (Fedegan) el contrato de administración de los casi 100 mil millones de pesos que maneja anualmente el Fondo Nacional del Ganado (FNG).
El dinero del FNG proviene del aporte de alrededor de 450 mil ganaderos y lecheros en todo el país, lo que lo constituye en el segundo fondo más grande de su tipo tras el del café, y cuya finalidad es ser invertida en beneficio de todo el sector.
La razón que ha llevado a que el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural (MADR) tome esta decisión es producto de los fuertes cuestionamientos que diferentes entidades del Gobierno (Presidencia, Contraloría, MADR) y empresas del sector lechero (Colanta y Alquería) han hecho sobre el manejo que le ha dado Fedegan al FNG.
Con esta decisión, pareciera que el gobierno hizo caso finalmente a las advertencias que los contralores Sandra Morelli y Edgardo Maya Villazón y el ex ministro de Agricultura y Desarrollo Rural, Juan Camilo Restrepo, hicieron sobre lo que sucedía dentro de Fedegan.
Un historial de irregularidades
Las alarmas sobre el manejo de los parafiscales del FNG las prendió en 2012 el entonces ministro Restrepo, quien ordenó una auditoría externa luego de escuchar las quejas de ganaderos que no comulgaban con el aparente unanimismo antidemocrático que reinaba en Fedegan.
Producto de esta decisión ministerial, la ex Contralora Morelli encontró numerosos malos manejos, no solo en Fedegan sino dentro del MADR y en otros gremios del sector agropecuario. Esto llevó a que de la Contraloría se emitiera una solicitud para que no se extendiera el contrato que Fedegan tenía para administrar los dineros del FNG. Esta decisión fue ratificada por parte del actual contralor, Maya Villazón.
Dentro de las observaciones hechas a Fedegan se destaca el uso de dinero del FNG para fines de propaganda política. Este hecho ha indignado a muchos ganaderos ya que sus recursos en vez de destinarse para la promoción del sector y la inversión en tecnología para la producción lechera y ganadera, ha terminado beneficiando los apetitos políticos y burócratas del presidente de Fedegan, José Félix Lafaurie.
A parte de las observaciones hechas por el ministerio y las entidades de control, es evidente la mala gestión de Lafaurie al frente de Fedegan. Basta mirar las cifras del sector ganadero para constatar que los intereses personales y políticos han estado por encima de la inversión en tecnología ganadera y la consecución de beneficios reales y verificables para los pequeños y grandes productores.
Pulso político
La decisión del Gobierno va en paralelo con el nuevo Plan Nacional de Desarrollo que está tomando su curso en el interior del Congreso. En este documento se enfatiza que los fondos parafiscales del campo deben representar a todos los productores aportantes y sus juntas correspondientes deben ser elegidas democráticamente. Es decir, en este aspecto el Plan Nacional de Desarrollo va en contravía con las prácticas que hasta el momento Lafaurie ha hecho en Fedegan.
La propuesta generada en el interior del Departamento Nacional de Planeación le da más dientes al Gobierno para que, llegado el caso -como parece ser la actual situación de Fedegan-, declare la caducidad de los contratos y abra una fiducia para manejar dichos recursos.
Como lo esbozado en el Plan Nacional de Desarrollo no favorece a Lafaurie, el Centro Democrático -partido al que pertenece Maria Fernanda Cabal, esposa de Lafaurie y dirigido por Álvaro Uribe, expresidente y actual senador muy cercano a la cabeza de Fedegan- se ha opuesto rotundamente a la aprobación de este nuevo lineamiento del gobierno. Adicional a esto, y como es costumbre por parte de los uribistas y del mismo Lafaurie, ante esta decisión, se está alegando persecución política.
Lo que no se entiende es la timidez del Gobierno frente a la decisión que tomó respecto a la administración del FNG por parte de Fedegan. ¿Por qué prorrogar el contrato por nueves meses y no cancelarlo de una buena vez? ¿Será un cálculo político frente a las elecciones regionales de octubre y a una eventual refrendación en las urnas de los acuerdos paz con las FARC?
En todo caso, es lamentable que los recursos aportados por los productores que todas las mañanas se levantan a ordeñar fervorosamente sus vacas y revisar su ganado, terminen como botín político y no sean invertidos para el justo beneficio de sus aportantes.