Caballos ayudarían a controlar el fuego
Los caballos podrían ayudar a controlar el fuego en paisajes estratégicos. Los equinos se constituyen en una valiosa herramienta para evitar la afectación ecosistémica en áreas de interés.
La ambientes naturales proveen muchos beneficios a la humanidad, los cuales se valoran en términos de servicios ecosistémicos. En la mayoría de regiones, particularmente en Europa -donde la urbanización hace que la ruralidad se quede sin gente- el éxodo rural y el abandono de las prácticas tradicionales en el uso de la tierra, ha llevado a que se generen grandes cambios a nivel de paisaje. Por ejemplo, se ha perdido el mosaico característico y la diversidad de los ecosistemas agropecuarios.
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En consecuencia, se están afectando servicios ecosistémicos como la captura de carbono, la provisión de alimento para herbívoros, entre otros. Adicionalmente, el cambio climático agrave el problema generado por el abandono de las tierras rurales, especialmente en aquellas áreas de alta productividad de plantas. La expansión de los bosques y de matorrales están generan una pérdida de espacios abiertos y una homogenización del paisaje que, bajo un escenario de altas temperaturas, representa un alto riesgo ambiental.
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En las últimas décadas Europa, como muchas otras regiones del mundo, está sobrellevando profundos cambios en el régimen de fuego, por lo que se están volviendo cada vez más frecuentes extremos incendios naturales debido a la acumulación de combustibles y a condiciones climáticas secas y calientes. Estos incendios se son importantes amenazas para las comunidades humanes, debido a su capacidad destructiva y al efecto deletéreo que pueden traer sobre los ecosistemas naturales -algo similar a lo que sucede en Estados Unidos y Australia-.
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Hasta hace pocos años, las políticas públicas se enfocaban en invertir recursos en el control del fuego, pero ahora también lo están haciendo en prevención del fuego y técnicas de manejo de materiales combustibles. Aún así, el alto costo de prevención, que supone un desmonte periódico de biomasa, ha llevado a repensar la asignación presupuestal para este fin. Es acá donde el papel de los herbívoros domésticos, de la transhumancia y del pastoreo, se vuelve necesario a nivel de ecología del paisaje. Más que comprobada está la capacidad que tienen los herbívoros en ingerir grandes cantidades de biomasa para constituirse en una herramienta efectiva para reducir la vegetación combustible en áreas críticas del paisaje.
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Es por esto que en Cataluña se viene implementado el pastoreo con cabras y ovejas -práctica que de por sí ya es escasa por la dinámica social y económica de las últimas décadas- en áreas estratégicas cercanas a ciudades y paisajes objeto de conservación. De igual forma, se considera que las fincas donde crían equinos cumplen un papel socioeconómico importante en el desarrollo de áreas de montaña sostenibles en muchas regiones del sur de Europa, a la vez que se constituyen en elementos claves para la conservación de paisajes naturales.
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En comparación con otros herbívoros, los caballos tienen ventajas para aquello que los expertos en ecología del paisaje llaman «pastoreo ambiental». A pesar de ser monogástricos, los caballos digieren la celulosa eficientemente y su gran capacidad y eficiencia digestiva asegura un mayor consumo de vegetación. Su sistema digestivo está diseñado de tal forma se alimenta de pequeños pero frecuentes bocados de forraje y son muy selectivos en cuanto al tipo de gramíneas que consumen.
Se estima que los caballos el 75% de las horas día y el 50% de las horas noche pastoreando. Adicionalmente, gracias a su tamaño y complexión, pueden controlar la vegetación lignificada (la más combustible) con el pisoteo. Independientemente del ecosistema, los equinos –particularmente las razas nativas– se adaptan muy satisfactoriamente a climas extremos y paisajes escarpados.
Bajo el actual escenario ambiental, caracterizado por el cambio climático y el efecto invernadero, los caballos tienen una ventaja respecto a los rumiantes debido a su fisiología digestiva que reduce la producción de metano. El factor de emisión de metano a partir de la fermentación entérica es significativamente más bajo en equinos (14 kg CH4 por cabeza) que en rumiantes (48 kg CH4 por cabeza). De forma similar, la pérdida de energía en caballos por la producción de metano es cerca del 3,5% de la energía digestible, en comparación con un rango de 10.13% en rumiantes.
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Kizkitza Insausti, Lorea R Beldarrain, Mª Paz Lavín, Noelia Aldai, Ángel R Mantecón, José L Sáez, Rosa Ma Canals, Horse meat production in northern Spain: ecosystem services and sustainability in High Nature Value farmland, Animal Frontiers, Volume 11, Issue 2, March 2021, Pages 47–54, https://doi.org/10.1093/af/vfab003
