El machete
La Real Academia de la Lengua Española define un machete como «un cuchillo grande que sirve para desmontar, cortar la caña de azúcar y otros usos». Esos otros usos son precisamente indeterminados en las diferentes faenas y labores que a diario se realizan en una finca gracias a esta herramienta de trabajo. Consideramos que el primer implemento que debemos adquirir después de comprar una finca es un machete, este nos sirve para todo: para desmontar, pelar, cortar, tumbar, abrir camino, cortar forraje para nuestros animales, abrir semillas y frutos, sembrar, defensa personal, en fin y la lista sigue. Uno de los usos más particulares que hemos conocido, es el de golpear con la parte plana del machete un árbol grande para no perdernos de nuestros compañeros cuando nos adentramos en el monte o la selva. El efecto que genera un machete en este caso particular es bastante sonoro. En fin, seguramente hay tantos usos del machete como fincas existen en nuestra región.
El término machete viene de macho y su popularización en América se da a tal grado que se conoce por el mismo nombre en inglés. Este elemento ha trascendido su uso en fincas y forma parte de la idiosincrasia cultural de nuestra América Latina. La palabra machete, por ejemplo, es asociada también a diferentes significados en algunos países latinoamericanos. Es considerado además como elemento icónico en muchos de los procesos libertarios y revolucionarios de nuestros pueblos, en algunos países el machete forma parte de danzas folklóricas o ha servido para bautizar grupos musicales y piezas cinematográficas. En definitiva, el machete forma parte de la esencia de nuestra raza y de nuestras fincas, y seguramente ha estado al cinto de más de un buen finkero.
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