La guerra de Ucrania y la gallinaza colombiana
Según declaraciones recientes que Gonzalo Moreno, presidente de Fenavi (el gremio de los avicultores de Colombia), hizo a la emisora BLU Radio, la venta de gallinaza y pollinaza se duplicó en el país desde que inició la invasión de Rusia a Ucrania. Esto obedece a que el grueso del abono importado por Colombia proviene de Rusia y Bielorrusia.
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Si bien es una noticia positiva para los avicultores, que van a recibir más por el subproducto de sus galpones, la producción nacional anual de este fertilizante natural podría llegar a dos millones de toneladas que, a todas luces, no alcanzaría para la demanda por parte de los productores agrícolas. Precisamente, Fenavi sugiere aplicar no menos de 300 kg de gallinaza a una hectárea de terreno, luego se entiende que la producción nacional no alcanzaría a fertilizar los casi 7 millones de hectáreas que representan la tierra agrícola colombiana.
Ante esta situación se escuchan voces que reiteran la importancia de que en el país se incremente la producción de abonos a nivel industrial, máximo cuando Monómeros -luego de haber sido cedida por el gobierno Duque al auto nombrado presidente de Venezuela, Juan Guaidó, para posteriormente quebrarse- nunca ha producido todo el abono que el país necesita.