Holando Argentino
El ganado Holando Argentino fue introducido a Argentina en 1880 por el presidente Julio Roca. En aquella época este ganado llegó a las provincias de Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires. En 1890 aparecieron los primeros ejemplares de la raza en la Exhibición Nacional organizada por la Sociedad Rural Argentina.
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Si bien en esencia la raza es doble propósito, en la actualidad la raza se utiliza primordialmente para la producción de leche. Es por esto que el Holando Argentino se encuentra en los principales centros lecheros de este país suramericano (Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos y Pampas). En años recientes se ha evidenciado una incursión de la raza en producciones localizadas en Salta, Tucumán, Formosa, Catamarca y Mendoza.
Argentina cuenta con un clima y un ambiente propicio para la ganadería que permiten que una raza como el Holando Argentino logre buenas producciones bajo un régimen alimenticio del 60-70% de forraje y del 30-40% de concentrado. Esto ha llevado que la raza sea considerada como excelente en conversión alimenticia bajo condiciones óptimas de alimentación.
El estándar de la raza
El Holando Argentino es una raza con una altura que oscila entre 1,40 y 1,50 metros y un peso corporal entre 600 y 500 kilogramos. Los ejemplares de esta raza presentan buena conformación de miembros que les facilita el forrajeo en grandes extensiones de terreno.
Este ganado tiene piel delgada, huesos plano, cuello refinado, excelente sistema mamario con una ubre bien implantada. Además de lo anterior, el Holando Argentino se caracteriza por su longevidad.
La Asociación de Criadores del Holando Argentino (ACHA) promueve esta raza desde 1944 y es la encargada que haya sido exportada fuera de Argentina para mejorar hatos lecheros de diferentes países.