Nutrición de caballos
Sobre nutrición de caballos se ha escrito e investigado bastante, pero aún siguen saliendo nuevos conceptos y se siguen recomendando nuevas alternativas para su nutrición. Recientemente, se ha sabido por ejemplo, que la digestibilidad del alimento que ofrecemos a nuestros caballos es tan importante como su contenido nutricional. Precisamente, el sistema digestivo de los caballos es uno de sus sistemas más complejos en su anatomía y su afectación genera una de las más altas mortalidades de la especie. En efecto, existen enfermedades directa e indirectamente relacionadas con problemas de nutrición en equinos, algunas de las cuales se referencian a continuación:
1) Asociadas directamente a problemas de nutrición (altamente complejas pero de fácil manejo)
- Enfermedades ortopédicas
- Obesidad
- Hiperparatiroidismo Secundario Nutricional
- Micotoxicosis
2) Asociadas indirectamente a problemas de nutrición (difícil manejo)
- Enterolitiasis
- Resistencia a la insulina
- Miopatías
3) Enfermedades que pueden ser incluidas en ambas categorías
- Laminitis
- Cólico
- Úlceras gástricas
- Alergias
Queda clara entonces la relevancia que puede tener la nutrición en nuestros caballos, por considerarlo de suprema importancia, hacemos un breve resumen sobre los conceptos básicos de nutrición de caballos.
Los caballos son animales de pastoreo, por lo que su sistema digestivo ha evolucionado para procesar forrajes por más de 15 horas diarias. El tamaño del estómago equino es relativamente pequeño y como medida de seguridad fisiológica, para prevenir ruptura estomacal, el proceso de vaciado se da cuando 2/3 partes del estómago están llenas (recordemos que los caballos no pueden vomitar). En contraste el intestino delgado de los caballos, con una longitud de 16 a 24 m, es el sitio de mayor absorción de almidones, azúcares, grasas, vitaminas y minerales, y donde se digiere al menos la mitad de la proteína ingerida. El resto de nutrientes y fibras continúan hacia el intestino grueso.
La fermentación en el intestino grueso de los caballos se da mediada por bacterias que digieren fibra y producen vitaminas y ácidos grasos volátiles o de cadena corta que son usados por mediación bacteriana para producir la energía que exige la fisiología equina. Algunas proteínas y minerales como el fósforo son absorbidos en el intestino grueso junto con el agua.
La eficiencia de este complejo sistema digestivo está determinada por la calidad y cantidad de alimento que le suministremos a nuestros caballos. Es de anotar que si suministramos concentrado en exceso y baja composición de fibra en la ración diaria, el sistema no trabajará adecuadamente. Lo anterior debido a que la composición de almidones en concentrado es relativamente alta (50-75 %) en comparación con la de pastos y heno (< 10%). Precisamente, un exceso de almidón no será digerido con facilidad por la compactación y poca eficiencia enzimática producto de la acidosis láctica que se genera. Lo anterior favorece también la liberación de toxinas enzimáticas que desencadena la presentación de cólico.
Por lo anterior, y en la práctica, se sugiere suministrar menos de 5 libras de concentrado al día. Conocemos incluso de finkeros que con menos de 1 kg de concentrado al día mantienen en excelente estado de salud y óptima condición corporal a caballos de trabajo y de tiro pesado. La pregunta que surgiría en este punto sería ¿cuál es la fuente energética que se debe escoger? Para eso existen varias opciones que suponen un manejo particular para cada caso: aceite de pescado, aceite de girasol, aceite de maíz, glicerol, melaza, caña, aceite de linaza, en fin la lista es larga, pero debe ser evaluada con detenimiento. Al respecto estaremos haciendo revisiones y recibiendo opiniones en ABC del Finkero.
Para finalizar cabe anotar, que ningún finkero quiere lidiar con la enfermedad de su caballo, pero esto es precisamente parte del diario vivir de quien los tiene. Si bien en nutrición de equinos nada está escrito, contar con la mayor información nos permite manejar y prevenir numerosas enfermedades, y de esta forma hacer la vida más placentera tanto a nuestros caballos como a nosotros mismos.
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