Lafaurie, mala leche
Existe un malestar generalizado tanto en la cartera agropecuaria como en el sector ganadero por las mezquinas declaraciones de Lafaurie en una reunión internacional sobre fiebre aftosa.
Las desaveniencias entre José Félix Lafaurie, presidente del gremio ganadero Fedegán, y Aurelio Iragorri, ministro de Agricultura, parecen no terminar. Luego que el gobierno decidiera quitarle el control del Fondo Nacional del Ganado a Fedegan, que su presidente alegara persecución política en vez de explicar la razón de los malos manejos de los recursos parafiscales y que, en consecuencia, la Superintendencia de Sociedades tomara la decisión de liquidar la empresa Friogan (de la cual es socia Fedegan), se le suma un nuevo malestar al sector ganadero protagonizado, nuevamente, por Lafaurie.
En efecto, hace dos semanas Lafaurie manifestó ante el Comité Hemisférico para la Erradicación de la Fiebre Aftosa (Cohefa), realizado en Paraguay, que la vacunación contra la aftosa en Colombia no se podía garantizar por cuanto era el gobierno el responsable de gestionar este programa de inmunización.
Según Iragorri esta declaración genera pánico económico en el negocio ganadero del país. Y no es para menos. Aunada a las dificultades que tienen que atravesar los ganaderos colombianos se le suma la mala propaganda que Lafaurie, quien dice ser doliente de los ganaderos, adelanta en contra del gremio. Resulta mezquino y mala leche, que como Fedegan no realiza la vacunación, salga su presidente, sin sustento científico alguno, a asegurar que la fiebre aftosa está amenazando los hatos ganaderos del país.
Las reacciones en el gremio no se han hecho esperar. Existe un malestar generalizado entre los ganaderos colombianos que tarde o temprano se verán perjudicados por las irresponsables y antipáticas declaraciones de Lafaurie.
Esta desazón ha llevado a que la Federación Ganadera de Córdoba (Ganacor) haya anunciado que para el próximo mes de septiembre se creará un nuevo gremio ganadero conformado por ganaderos de 13 departamentos. Según Alfredo García, presidente de Ganacor, se necesita un gremio incluyente, democrático, participativo y libre de manejos politiqueros como los que han caracterizado a la presidencia de Lafaurie.
Resulta lamentable este tipo de situaciones para una de las principales actividades económicas del sector agropecuario de Colombia. Queda comprobado una vez más que el desarrollo del campo colombiano debe obedecer a una seria gestión técnica y estar ajeno a la política que solo busca réditos personales y no propende por el bienestar de miles de familias que derivan sus sustento de la actividad ganadera.
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